¿Alguna vez te has preguntado por qué los fabricantes de automóviles en Europa están obsesionados con los híbridos y los vehículos eléctricos? Si bien es cierto que buscan reducir las emisiones y proteger el medio ambiente, hay un incentivo financiero significativo detrás de este cambio. Las regulaciones de la Unión Europea imponen multas cuantiosas a los fabricantes de automóviles cuyas emisiones de flota superen los objetivos establecidos. ¿La penalización? Una elevada cifra de €95 ($105) por cada gramo por encima del límite, multiplicado por cada automóvil vendido. Para gigantes automotrices como Volkswagen Group o Stellantis, estas multas pueden convertirse rápidamente en cientos de millones de euros si no venden suficientes híbridos y vehículos eléctricos para compensar sus vehículos de motor de combustión interna (ICE) que consumen mucha gasolina.
Esta presión financiera explica por qué la reducción de tamaño es rampante, con motores de tres cilindros convirtiéndose en la norma en toda Europa. El cambio hacia motores más pequeños y electrificados no es solo una tendencia regional; tiene implicaciones globales, dada la influencia de Europa en la industria automotriz. Los fabricantes de automóviles deben adaptarse a las estrictas regulaciones de la UE, que impactan significativamente en el desarrollo de nuevos vehículos y motores en todo el mundo.
El objetivo actual de emisiones de flota de la UE es de 115.1 g/km (según el ciclo WLTP), pero esto se reducirá en aproximadamente un 19% en 2025 a 93.6 g/km. Esta fecha límite inminente representa un problema para muchos fabricantes de automóviles. Dataforce, una empresa de análisis, ha advertido que la mayoría de los fabricantes están luchando por cumplir con estos objetivos. Hasta junio de 2024, solo Tesla y Geely estaban por debajo del próximo objetivo de emisiones de flota para 2025. La Comisión Europea adapta el objetivo de cada fabricante según la masa promedio de su flota, lo que significa que las empresas que venden más SUV tienen objetivos de emisiones más altos que aquellas enfocadas en vehículos más pequeños.
En 2020, los fabricantes de automóviles pagaron colectivamente alrededor de €510 millones en multas por no alcanzar sus objetivos de reducción de CO2, que eran más indulgentes que los próximos. Ahora, los fabricantes se encuentran en una encrucijada: ¿seguir produciendo vehículos de combustión interna (ICE) o comprometerse completamente con los vehículos eléctricos (EV)? Este último parece tentador, pero los subsidios gubernamentales decrecientes en toda Europa han frenado la demanda de los consumidores de EVs. En la primera mitad de 2024, los vehículos totalmente eléctricos representaron solo el 12.5% del mercado de la UE, ligeramente por debajo del 12.9% en el mismo período de 2023. Los híbridos enchufables también experimentaron una disminución, mientras que los híbridos regulares aumentaron su cuota de mercado del 25% al 29.2%.
A pesar del impulso hacia la electrificación, los automóviles de gasolina aún dominan el mercado europeo. Incluso los vehículos diésel, a menudo etiquetados como «sucios», se mantienen firmes, con una cuota de mercado del 12.9%, superando ligeramente a los EVs. Sin embargo, la cuota de mercado del diésel ha caído del 14.5% en la primera mitad de 2023.
A medida que se acerca el objetivo de emisiones de 2025, es probable que los fabricantes de automóviles que operan en Europa aumenten su enfoque en los híbridos y los EVs para evitar multas paralizantes. El desafío se intensificará aún más en 2030, cuando el límite de emisiones se reduzca de 93.6 g/km a 49.5 g/km. Aunque los fabricantes de automóviles pueden unir sus esfuerzos para cumplir conjuntamente estos objetivos, hay pocas pruebas de que surjan nuevas colaboraciones importantes para 2025.
Mirando aún más adelante, la UE planea prohibir efectivamente la venta de nuevos automóviles con emisiones para 2035. Sin embargo, los combustibles sintéticos podrían ofrecer una tabla de salvación para el motor de combustión, manteniéndolo potencialmente vivo en un futuro de bajas emisiones. A medida que el lazo regulatorio se estrecha, el panorama automotriz en Europa continuará evolucionando, con los híbridos y los EVs tomando protagonismo en la carrera por cumplir estándares de emisiones cada vez más estrictos.