El Grupo Renault ha establecido su estrategia de vehículos autónomos, separando las expectativas de los vehículos individuales de las necesidades del transporte público. En este sentido, la marca francesa cambiará su enfoque hacia la oferta de soluciones de transporte público autónomo.
El fabricante francés ya ofrece tecnología de asistencia a la conducción en los vehículos individuales, en el nivel L2 o incluso L2+, con tecnologías como el control de velocidad adaptativo o la asistencia de mantenimiento en el carril, o incluso, próximamente, la función de adelantamiento automático. Aunque asistido, el conductor sigue siendo responsable de la conducción del vehículo.
Sin embargo, existe una “brecha significativa de complejidad tecnológica” entre estas funciones y aquellas que se clasifican en el nivel tres, en el que “el vehículo debe ser capaz de operar de forma segura en entornos complejos con supervisión limitada del conductor”.
“En esta etapa, el costo que los clientes deben asumir, en relación con los beneficios de la conducción, haría que la demanda fuera insuficiente”, reveló Renault en un comunicado. Al mismo tiempo, Renault asegura que la arquitectura de sus vehículos puede evolucionar hacia el automóvil autónomo si las expectativas, la regulación o el costo de las tecnologías hacen que este avance sea viable.
Por otro lado, en lo que respecta al transporte público, el grupo Renault ve la pertinencia de proponer vehículos autónomos, con una necesidad anual estimada en varios miles de mini-autobuses en los próximos años, por lo que tiene un plan para finalmente ofrecer un «mini-autobús eléctrico robotizado» basado en la nueva furgoneta Renault Master.
En ese sentido, Renault ha estado realizando ensayos durante varios años para definir la mejor respuesta a las necesidades de las comunidades locales, como el «proyecto Mach 2», anunciado en 2023, que prevé la integración, a partir de 2026, de una flota de mini-autobuses eléctricos robotizados en la red de transporte público de Chateauroux (Francia).
«A largo plazo, estas experiencias llevarán a Renault a proponer una plataforma de mini-autobuses eléctricos robotizados, capaz de integrar soluciones de automatización de socios especializados como EasyMile, Milla o WeRide».
Más flexibles, los mini-autobuses autónomos podrán funcionar 24 horas al día, los 7 días de la semana, con total seguridad, y serán una alternativa sin emisiones o un complemento eficaz a las soluciones existentes (tren, eléctrico, autobús) en términos de costos y de CO2/km por pasajero.
“Los costos adicionales de la robotización y la automatización podrían ser compensados por la ausencia de conductores. Será necesario un sistema simple de supervisión a distancia para operar una flota de vehículos”.
De esta manera, Renault anunció este miércoles una nueva colaboración con WeRide, un experto de renombre mundial en conducción autónoma, para la implementación comercial a gran escala de vehículos con un nivel de autonomía L4, es decir, capaces de gestionar situaciones de conducción por sí mismos, dentro de un dominio operativo definido, con supervisión remota, pero sin conductor.
“El Grupo Renault está avanzando en la implementación de su estrategia de vehículos autónomos. Así, gracias a nuestras experiencias y a nuestros socios, los mejores en sus campos, estaremos en condiciones, mucho antes del final de esta década, de proponer una gama muy pertinente de minibuses autónomos y con bajas emisiones de carbono para satisfacer las crecientes necesidades de las regiones.”, destacó Gilles Le Borgne, director de tecnología del Grupo Renault.