La administración de EE. UU., liderada por el presidente Joe Biden, ha anunciado que ha finalizado las reglas que imponen una prohibición sobre el software y hardware chino y ruso en vehículos ligeros de pasajeros, una medida que podría extenderse potencialmente a vehículos comerciales por el presidente electo Donald Trump.
La Oficina de Industria y Seguridad del Departamento de Comercio de EE. UU. anunció el martes que las tecnologías de China y Rusia «representan un riesgo indebido e inaceptable para la seguridad nacional de EE. UU.».
Los funcionarios estadounidenses afirman que los vehículos modernos equipados con dispositivos que los conectan a Internet son similares a computadoras y podrían potencialmente recopilar datos sensibles—de conductores u propietarios—violando así las reglas de privacidad del consumidor, o permitir que entidades extranjeras manipulen los vehículos de forma remota.
Así, la prohibición aprobada tiene como objetivo proteger los vehículos que pueden comunicarse externamente a través de Wi-Fi, Bluetooth, sistemas celulares o satélites, una característica cada vez más común en los nuevos modelos de automóviles, prohibiendo la importación o venta de vehículos conectados con hardware o software originario de China o Rusia, así como la venta de estos componentes por separado. La regulación también prohíbe la producción de vehículos en EE. UU. utilizando software y hardware chinos o rusos.
Por ahora, la nueva regla aprobada por la administración Biden solo se aplica a vehículos ligeros de pasajeros, pero el Departamento de Comercio de EE. UU. ya ha revelado planes para iniciar un proceso similar dirigido a vehículos pesados de carga y pasajeros, que necesitarán ser aprobados por la nueva administración liderada por el recién electo presidente, Donald Trump.