El Congreso de EE. UU. aprobó el jueves una legislación que pondrá fin al apoyo para la compra o el alquiler a largo plazo de vehículos eléctricos en EE. UU., que entrará en vigor el 30 de septiembre.
Según “Reuters”, esta decisión marca un cambio crucial en el camino hacia la movilidad eléctrica, ya que retrasará la transición energética en EE. UU.
Antes de la aprobación del proyecto de ley por parte del Congreso, los vehículos eléctricos nuevos recibían un crédito fiscal federal de $7,500, y los vehículos eléctricos usados hasta $4,000. Estos incentivos fueron diseñados originalmente para ayudar a que los vehículos fueran un 100% más asequibles.
Estos apoyos federales, combinados con otros incentivos en muchos estados de EE. UU., ayudaron a reducir los precios de los vehículos eléctricos y contribuyeron a la movilidad eléctrica. Sin estos apoyos, los analistas afirman que los automóviles eléctricos se volverán inasequibles para muchos estadounidenses de bajos ingresos.
La legislación ahora aprobada también elimina las sanciones para los fabricantes de automóviles que no cumplan con la regulación de emisiones, “Corporate Average Fuel Economy,” también conocida como C.A.F.E., facilitando aún más la producción de vehículos de gasolina. Esto beneficia a fabricantes tradicionales como Stellantis, que pagó $190.7 millones en 2019-2020, y General Motors, que pagó $128.2 millones en 2016-2017.
Al eliminar estas sanciones, el proyecto de ley reduce la presión financiera sobre el sector automotriz para priorizar los vehículos eléctricos, lo que puede ralentizar la innovación y la producción.