Al día siguiente, 3 de diciembre, la casa de subastas británica H&H Classics presentará una colección de coches de diferentes épocas que seguramente hará brillar los ojos de muchos entusiastas de los automóviles. Entre otros, se puede encontrar un Aston Martin DB4 Vantage de 1962, un BMW 323i Turbo Schnitzer de 1980, un modelo de competición Chevrolet Corvette C1 de 1962, un Mercedes-Benz 280SE California Roadster de 1969 y varios Jaguar E-type.
Aun así, la «pieza» que parece estar generando más interés –y que también se espera que se subaste por un valor más alto– es un Bentley Mulsanne de 2013, más reciente. A pesar de sus muchos (y buenos) atributos, a primera vista, no parece ser particularmente notable, e incluso podría ser de interés relativo para una buena parte de los posibles compradores, ya que tiene, como es habitual en esas partes, el volante a la derecha.
Sin embargo, la perspectiva puede cambiar sustancialmente cuando se considera, por un lado, que solo tiene 35,000 millas en el odómetro (un poco menos de 56,500 km, bastante bien para un coche que tiene una docena de años). Y que esta puede ser una oportunidad única, si no rara, para adquirir un vehículo que ya ha transportado a la realeza, a saber, a Carlos III de Inglaterra.
Aunque, en verdad, el entonces Príncipe y Duque de Gales nunca fue el propietario de este Bentley Mulsanne. Este es un ejemplo prestado a la familia real británica por el Departamento de Vehículos Especiales y Prensa de la marca Crewe, que sirvió al actual monarca británico entre 2013 y 2017, y fue utilizado por él en una serie de eventos oficiales hasta que cesó sus funciones «reales». Desde entonces, ha sido mantenido en las mejores condiciones por un propietario «privado», y cuenta con toda la documentación que demuestra que siempre ha sido reparado dentro de la red oficial de Bentley.




Impulsado por el renombrado motor V8 turboalimentado de 6.75 litros, con 513 hp y 1020 Nm, que le permite alcanzar de 0 a 100 km/h en solo 5.3 segundos, y una velocidad máxima de 296 km/h, el Mulsanne en cuestión está pintado en azul Dark Sapphire; y el interior está tapizado en cuero marrón claro, además de contar con aplicaciones de madera de nogal pulidas a mano, alfombras y moquetas de lana de oveja, y numerosos elementos de cromo. También forma parte de su equipamiento, entre otros, la suspensión neumática adaptativa, navegación por satélite, televisión y radio digital, control climático de cuatro zonas con regulación electrónica, y la apertura y cierre eléctricos de la tapa del maletero.
Según H&H Classics, solo se produjeron 700 unidades de la segunda generación del Bentley Mulsanne en la especificación destinada al Reino Unido, pero ninguna otra habrá tenido un pasajero regular tan distinguido. Por todo esto, se espera que sea subastado por un valor entre £80,000-100,000 (alrededor de €91,000-113,000).








