Según declaraciones de un alto funcionario de Audi a Automobilwoche, hay más incertidumbres que certezas respecto al futuro de su modelo insignia. Con ventas en fuerte declive, en parte debido al inevitable envejecimiento de un automóvil lanzado en el lejano año 2017, y sujeto a una actualización a mitad de ciclo en 2022, la actual generación del A8 tampoco ha sido un gran éxito en China, en su variante «extendida» Horch creada específicamente para el mercado más grande del mundo. Además, como todas las propuestas de este tipo, debe enfrentar una competencia cada vez más feroz de los SUV, y el creciente dominio de estos vehículos en el paisaje automotriz, incluso en los segmentos más «exclusivos».
Las declaraciones de Geoffrey Bouquot, responsable del desarrollo técnico de la marca de los cuatro anillos, a la publicación alemana son sintomáticas de esto, indicando que el futuro del A8 está siendo revisado «activamente», y que la empresa aún está «tratando de encontrar una plataforma para un posible sucesor» – lo que sugiere que se está descartando una actualización adicional, ya que el modelo requiere una nueva base técnica para cumplir con regulaciones cada vez más estrictas. Por otro lado, la adopción menor de lo esperado y deseado de vehículos totalmente eléctricos recomendará que este no sea, igualmente, el camino a seguir (ver el caso del nuevo SUV de lujo con tres filas de asientos de Porsche, cuyo plan original era lanzarlo en variantes 100% eléctricas, pero que primero llegará al mercado en versiones con motor de combustión, un testimonio de la postura más cautelosa del Grupo VW respecto a la electrificación total).

La solución podría implicar recurrir a una versión más larga del PPC (Combustión de Plataforma Premium), que debutó con el A5, y que ya ha sido utilizada, igualmente, por el nuevo SUV Q5, A6 y Q6 – seguida por el nuevo Q7 y el inédito Q9. En este sentido, Geoffrey Bouquot es parco en palabras: “Estamos pensando intensamente en cuándo lanzaremos el sucesor del A8, y cuál será la tecnología de propulsión más adecuada.”
Es innegable que la decisión no puede tardar demasiado en tomarse, ya que incluso si un sucesor impulsado por motores de combustión se convierte en la opción, es poco probable que esté listo antes de 2029, y no es menos improbable que el A8 aún a la venta pueda sobrevivir hasta 2026 – el año en que alcanzará los nueve años de vida, y en el que sus “archirrivales” de BMW (Serie 7) y Mercedes (Clase S) recibirán una actualización que hará que su envejecimiento sea aún más evidente. Cualquiera que sea el camino que se tome, todo parece indicar que, al menos durante algún tiempo, y por primera vez desde 1994 (o desde 1988, considerando el V8 que lo precedió), el “buque insignia” de Audi podría no ser el A8. ¿Una señal de los tiempos?












