En una sorprendente escalada de la demanda antimonopolio de alto perfil que está sacudiendo los cimientos de los deportes de motor estadounidenses, un juez ha dictaminado que 23XI Racing y Front Row Motorsports deben entregar documentos financieros sensibles a NASCAR, la misma entidad a la que acusan de control monopolista sobre el deporte.
Esta victoria legal parcial pero decisiva para NASCAR representa un giro crítico en una saga judicial que ya ha atraído la intensa atención de fanáticos, analistas e insiders de la industria por igual. La decisión otorga a NASCAR un acceso sin precedentes a los registros financieros internos de los equipos, exponiendo potencialmente las dinámicas económicas detrás de las operaciones del equipo, las negociaciones de patrocinio y las fuentes de ingresos, información que podría resultar crucial en su defensa contra las acusaciones de colusión y demandas antimonopolio.
La demanda, presentada a principios de este año, surge de una creciente fractura entre el organismo sancionador y varios equipos de carrera que argumentan que la estructura actual de NASCAR limita severamente su capacidad para negociar derechos de medios y contratos de patrocinio de manera independiente. En el centro de la tormenta están 23XI Racing, co-propiedad de la leyenda de la NBA Michael Jordan y el piloto Denny Hamlin, y Front Row Motorsports, quienes alegan que el modelo de ingresos centralizado de NASCAR consolida injustamente el poder y restringe la competencia.
Los expertos legales dicen que la decisión del juez podría sentar un precedente sobre cómo se gobiernan los deportes de motor en Estados Unidos.
“Este no es solo un problema de NASCAR”, dijo un abogado antimonopolio familiarizado con el caso. “Podría tener repercusiones en toda la carrera profesional. Fórmula 1, IndyCar — todos están observando.”
Fuentes indican que los documentos solicitados por NASCAR podrían incluir valoraciones de equipos, presupuestos, contratos de patrocinio y comunicaciones internas, un tesoro de datos que podría usarse para refutar las acusaciones de manipulación del mercado y estrangulamientos financieros.
Mientras tanto, 23XI y Front Row han prometido continuar su lucha, calificando la divulgación de sus datos financieros como una “maniobra intrusiva y excesiva” por parte de un organismo regulador que dicen se ha negado a evolucionar. “Estamos defendiendo el futuro de este deporte”, dijo un ejecutivo del equipo no identificado. “Esto se trata de equidad, sostenibilidad y supervivencia.”
Las tensiones han estado altas desde que las negociaciones sobre la próxima ronda de derechos de medios y la reestructuración del sistema de cartas se rompieron a principios de este año. Muchos equipos creen que la negativa de NASCAR a compartir más de su pastel de ingresos de medios multimillonarios está poniendo en peligro su viabilidad a largo plazo.
La próxima audiencia en el caso se espera que se centre en si el control de NASCAR sobre la distribución de cartas, que garantiza la entrada asegurada a las carreras, constituye una práctica anticompetitiva.
Con millones de dólares, reputaciones y el futuro marco de NASCAR en juego, el mundo de los deportes de motor se prepara para más drama mientras el motor legal avanza.
Mantente atento. Esta no es solo una batalla legal — es una lucha por el alma de las carreras de autos stock.