El gigante chino de vehículos eléctricos BYD está negociando con fabricantes europeos la venta de créditos de carbono para ayudar a sus rivales a evitar fuertes multas por parte de la Unión Europea.
Es importante recordar que tanto en Europa como en Estados Unidos, las marcas de automóviles están obligadas a garantizar que sus gamas cumplan con un valor promedio de emisiones de CO2. Si no se cumple este valor, los fabricantes pueden incurrir en multas que ascienden a cientos de millones de euros.
Para abordar este problema, hay dos opciones posibles: o las marcas se centran en reducir las emisiones promedio de su gama o optan por la solución más rápida y «barata» comprando créditos de carbono de marcas que no los necesitan, como BYD.
“Estamos en negociaciones, estamos avanzando bien”, dijo el consultor especial de BYD para Europa, Alfredo Altavilla, en declaraciones a “Reuters” durante la presentación del Atto 2 en Italia.
Cabe destacar que a principios de este año, surgieron dos grupos, también conocidos como “pools”, de fabricantes de automóviles dispuestos a comprar créditos de carbono de marcas eléctricas. Un grupo incluye a Stellantis, Toyota, Ford, Mazda, Subaru y Tesla, mientras que el otro está formado por Mercedes-Benz, Polestar, Volvo y Smart.
Hasta ahora, BMW, el Grupo VW y el Grupo Renault son los únicos grandes fabricantes europeos que aún no se han unido a estos grupos de compra de créditos de carbono.
Los objetivos de emisiones de CO2 de la UE para 2025 son aproximadamente un 15% más bajos que los niveles de 2021, y los expertos dicen que los fabricantes de automóviles necesitarán que al menos el 20% de sus vehículos sean 100% eléctricos para cumplir con los objetivos propuestos, en un momento en que el mercado de vehículos eléctricos se ha estancado en Europa.