La búsqueda de Red Bull por recuperar su dominio en la parrilla de Fórmula 1 enfrenta una prueba crucial este fin de semana, ya que el equipo introduce una serie de mejoras en el Gran Premio de Estados Unidos en Austin. Después de un mes de descanso otoñal, el equipo austriaco ha tenido tiempo para analizar y abordar los recientes problemas de rendimiento, pero el campeón reinante Max Verstappen sigue siendo cauteloso en sus expectativas de un repunte repentino hacia la cima.
La introducción de estas mejoras llega tras una segunda mitad de temporada desafiante, donde Red Bull ha luchado por mantener el ritmo con rivales como McLaren y Ferrari. Hablando en la conferencia de prensa del COTA el jueves, Verstappen abordó con franqueza los recientes desafíos del equipo y reconoció que, aunque esperan mejoras, no esperan que estas actualizaciones restauren mágicamente su estatus una vez intocable.
“No creo que será completamente diferente, y de repente tendremos el coche más dominante,» declaró Verstappen. «Sabemos las limitaciones que tenemos con el coche este año, pero estamos tratando de mejorarlo.»
Verstappen señaló el Gran Premio de Italia en Monza como un momento clave para entender los problemas más profundos del coche. Mientras Red Bull intentaba empujar los límites de rendimiento, los problemas de equilibrio del coche se hicieron más evidentes. Esto llevó a un análisis en profundidad que ha guiado el desarrollo de su nuevo paquete.
«Solo en Monza descubrimos cuáles eran los principales problemas. Estas mejoras son el resultado de las lecciones que aprendimos de eso,» explicó.
En las últimas semanas, Red Bull también ha sido objeto de rumores sobre el uso de un dispositivo ilegal de T-tray, que supuestamente permitía al equipo alterar la altura de su coche y mejorar su rendimiento. Verstappen desestimó estas alegaciones con sorpresa, afirmando no tener conocimiento de ningún componente de este tipo en su coche. Su compañero, Sergio Perez, expresó sentimientos similares, enfatizando que nunca hubo una estrategia intencionada detrás del uso de un dispositivo para manipular la altura de la carrocería.
“No ha habido nada que estuviéramos haciendo. Nunca hablamos de eso. Era imposible,” comentó Perez. Reflexionando sobre un incidente durante el evento de sprint del año pasado, Perez recordó humorísticamente cómo un error de cálculo hizo que su coche se sintiera “cerca de la luna,” minimizando aún más cualquier sugerencia de manipulación.
Mientras Red Bull se prepara para el fin de semana en Austin, el equipo enfrenta un punto de inflexión crítico en su temporada. A pesar de las mejoras, Verstappen se mantiene realista, sabiendo que la batalla por recuperar su mejor forma será un proceso en lugar de una transformación de la noche a la mañana. El reciente auge de McLaren ha ejercido una presión adicional sobre Red Bull, y la carrera en Texas será una prueba de fuego para la efectividad de sus últimos desarrollos.
Las últimas carreras de la temporada 2024 revelarán si Red Bull puede recuperar su ventaja competitiva y desafiar a McLaren por la supremacía, o si las limitaciones de su coche actual seguirán frenándolos. Por ahora, Verstappen y Red Bull están moderando las expectativas, reconociendo la difícil batalla que tienen por delante.