Tony Stewart, el futuro ex propietario de un equipo de NASCAR, ha desatado una dura crítica al sistema de charter de NASCAR, señalando las frustraciones expresadas por el veterano propietario de equipos Rick Hendrick como evidencia de problemas más profundos. A medida que la NASCAR Cup Series se acerca al final de la temporada 2024, las guerras de charters están en pleno apogeo. NASCAR dio a los equipos un ultimátum: firmar un nuevo acuerdo que los comprometa al sistema de charter desde 2025 hasta 2031 o enfrentar las consecuencias. Todos los equipos, excepto dos—23XI Racing y Front Row Motorsports—firmaron, mientras que los que se negaron optaron por demandar a NASCAR, alegando prácticas monopolísticas.
Las declaraciones de Stewart amplifican las crecientes preocupaciones entre los propietarios de equipos que dicen estar siendo presionados a aceptar acuerdos que no se alinean con los mejores intereses del deporte. El miembro del Salón de la Fama compartió su frustración, revelando que él también firmó charters para sus cuatro equipos de Stewart-Haas Racing (SHR) pero ve el acuerdo de charter como “una broma.” Señaló la experiencia de Hendrick como un ejemplo primordial de las fallas del sistema, sugiriendo que Hendrick no firmó porque creyera en el acuerdo, sino simplemente porque estaba agotado por el proceso.
“Los acuerdos de charter son una broma,” afirmó Stewart de manera contundente. “Y si la gente no es lo suficientemente inteligente como para leer entre líneas cuando alguien como Rick Hendrick dice, ‘Simplemente me cansé de discutir con él,’ entonces están perdiendo la perspectiva general. ¿Crees que Rick Hendrick, que ha construido un imperio en los deportes de motor, simplemente se rinde porque está cansado de discutir? Ese no es el Rick Hendrick que yo conozco.”
Stewart, un ex campeón de NASCAR conocido por su pureza en las carreras, ha sido considerado durante mucho tiempo un apasionado defensor de las raíces del deporte. Sin embargo, insiste en que el reciente drama en torno a los contratos solo ha solidificado su decisión de salir del ámbito de NASCAR por completo. “Soy un purista, un piloto de la vieja escuela. Odio hacia dónde se dirige esto,” añadió, llamando a la situación actual una de la que ya no quiere ser parte.
Las palabras de Tony Stewart subrayan un poderoso sentimiento de desilusión. Con los propietarios de equipos sintiendo que no reciben el apoyo que merecen, el sistema de contratos de NASCAR se ha convertido en un punto focal de frustración. La partida de Stewart parece estar impulsada en parte por un deseo de tener una vida familiar más saludable, libre del estrés de estas negociaciones contenciosas. Pero mientras él ha decidido alejarse, otros propietarios se sienten atrapados, habiendo invertido sus recursos y pasión en un deporte que parece cada vez más desconectado de sus intereses.
Para Stewart, Hendrick y otros, el fiasco del acuerdo de contratos expone un sistema que, según ellos, prioriza los ingresos sobre la integridad de las carreras. Los aficionados y las partes interesadas están observando de cerca para ver si NASCAR abordará las preocupaciones de sus propietarios de equipos más dedicados, quienes continúan impulsando el deporte a pesar de sus quejas. A medida que Stewart concluye su capítulo en NASCAR, sus palabras de despedida podrían muy bien encender un impulso por la reforma que resuene en el mundo de las carreras.