Tom Cruise, conocido por sus habilidades como actor de acción y por realizar sus propias escenas de peligro, enfrentó un desafío inesperado: abrir la puerta de un Bugatti Veyron. En 2006, durante el estreno de «Misión: Imposible III» en Hollywood, Cruise llegó al volante de un Veyron, uno de los primeros clientes de alto perfil en recibir el automóvil, con un precio reportado de $1.9 millones. Sin embargo, al intentar abrir la puerta del pasajero para su entonces esposa, Katie Holmes, Cruise luchó durante aproximadamente 40 segundos, un momento que se volvió infame.
Este incidente llevó a rumores de que Bugatti había prohibido a Cruise comprar otro automóvil de la marca, creyendo que la dificultad para abrir la puerta había representado mal a la marca. Estos rumores sugieren que Bugatti consideró el incidente como una mala representación de su calidad de fabricación. Sin embargo, es importante tener en cuenta que estas historias son solo rumores y no hay confirmación oficial de que Cruise haya sido realmente prohibido por Bugatti.
Los fabricantes de automóviles de prestigio como Bugatti y Ferrari tienen reglas estrictas para la selección de sus clientes y pautas aún más rigurosas para la propiedad, teniendo en cuenta cómo los propietarios representan a la marca después de la entrega. Aunque parece improbable que Bugatti prohibiera a Cruise por un incidente tan pequeño, no es infrecuente que personas famosas enfrenten restricciones no oficiales por no cumplir con estas pautas.