El Dodge Stealth, un ícono olvidado de los años 90, está listo para hacer un sorprendente regreso, pero no en la forma que los entusiastas de los automóviles podrían esperar. Originalmente un gemelo bajo la piel del Mitsubishi 3000GT, el Stealth fue un producto de la colaboración de Chrysler con Mitsubishi. Hizo su debut en 1990 con un aspecto elegante y deportivo y un potente motor V6 de 3.0 litros con doble turbocompresor, listo para competir con rivales como el Mazda RX-7 y el Toyota Supra. Sin embargo, los altos precios y las bajas ventas llevaron al Stealth a una muerte prematura en 1997.
Avancemos hasta hoy, y Stellantis está desempolvando la marca Stealth para una nueva y audaz aventura. Esta vez, el Stealth volverá a surgir como un SUV, reemplazando al envejecido Dodge Durango, un pilar en el mercado estadounidense de SUVs desde 1997. El Durango, actualmente en su tercera generación, ha tenido una larga trayectoria desde su debut hace 14 años, pero el futuro llama a un nuevo rostro fresco para llevar la antorcha, y el Stealth está preparado para asumir ese desafío.
Se ha informado que la próxima generación del Durango ha sido cancelada, según Sam Fiorani, vicepresidente de pronósticos globales en AutoForecast Solutions. En lugar de una nueva iteración del Durango, Stellantis planea extender la vida del modelo actual hasta mediados de 2027, cuando el nuevo SUV Stealth finalmente llegará al mercado. El Stealth, ligeramente más pequeño que el Durango, se producirá en la planta de Stellantis en Windsor, Ontario, Canadá.
A diferencia del legado de automóvil deportivo que alguna vez tuvo, el nuevo Stealth se construirá sobre la plataforma STLA Large de Stellantis, que soporta tanto trenes motrices eléctricos como motores de combustión interna (ICE). Esto se alinea con la estrategia más amplia de Stellantis de transitar hacia la electrificación, ya que la compañía ha eliminado ya el legendario Dodge Charger y Challenger en favor de trenes motrices eléctricos e híbridos. El SUV Stealth continuará esta evolución, fusionando el pasado con el futuro.
Sin embargo, el renacimiento del Stealth no está exento de controversia. El sindicato United Auto Workers (UAW) ha acusado a Stellantis de potencialmente mover la producción del Durango fuera de los EE. UU., un movimiento que el UAW afirma violaría un contrato laboral que se extenderá hasta 2028. Con más de 2,700 empleos en riesgo, la situación ha escalado a cargos laborales federales. Por ahora, el Durango todavía se está construyendo en el Complejo de Ensamblaje de Detroit, pero los próximos años determinarán el futuro de su producción—y el impacto potencial en los trabajadores estadounidenses.
El regreso del Stealth como SUV marca un cambio significativo para Dodge y Stellantis, señalando el deseo de la compañía de modernizarse y competir en un paisaje automotriz que cambia rápidamente. Si el Stealth podrá recuperar el mismo interés que tuvo en sus días de automóvil deportivo en la década de 1990 sigue siendo una incógnita, pero una cosa es clara: Dodge está trazando un nuevo rumbo, y el Stealth estará a la vanguardia.