Después de 14 años en la Fórmula 1, el viaje de Sergio Pérez parece haber llegado a su última vuelta. Seis victorias en Grandes Premios y un segundo puesto en el campeonato de pilotos de 2023 son logros que muchos pilotos envidiarían, sin embargo, su legado sigue siendo un tema polarizador. La carrera de Pérez ha sido un tapiz de triunfos, luchas y la inevitable comparación con la brillantez de su compañero de equipo, Max Verstappen.
Una carrera definida por la resiliencia y la determinación
La historia de Pérez es una de persistencia. Le tomó una década en el deporte lograr su primera victoria, una impresionante carrera en el Gran Premio de Sakhir de 2020 en el infame «Mercedes rosa» de Racing Point. Esa victoria epitomizó su capacidad para prosperar ante la adversidad, habiendo pasado la mayor parte de su carrera como un confiable «coleccionista de puntos» para equipos de media tabla como Force India. Pérez se convirtió en la base de su éxito, llevándolos a superar con creces su peso financiero con dos cuartos puestos consecutivos en el Campeonato de Constructores en 2016 y 2017.
Entrando a la F1 en 2011 como parte de la Ferrari Driver Academy, el talento bruto de Pérez brilló desde el principio, particularmente con Sauber en 2012. Esa temporada lo vio lograr espectaculares podios en Malasia, Montreal y Monza, mostrando una habilidad para la gestión de neumáticos y una tenacidad en el combate rueda a rueda que se convertirían en sus características distintivas.
El Revés de McLaren y la Maestría en el Medio Campo
El traslado de Pérez a McLaren en 2013 estaba destinado a catapultarlo hacia el nivel superior de pilotos, reemplazando a Lewis Hamilton. Sin embargo, un coche poco competitivo y su lucha por igualar la consistencia de Jenson Button acabaron con el sueño prematuramente. La experiencia remodeló su trayectoria profesional, consolidando su reputación como un sólido competidor en el medio campo en lugar de un contendiente al título.
Recuperándose con Force India, Pérez demostró su valía al superar a sus compañeros de equipo Nico Hulkenberg y Esteban Ocon a lo largo de sus siete años en el equipo. Ganó su lugar con podios oportunos y un estilo de conducción calculado que extraía el máximo valor de recursos limitados. Su maestría en circuitos urbanos, particularmente en Bakú, se convirtió en una marca distintiva.
Los Años en Red Bull: De Salvador a Chivo Expiatorio
El traslado de Pérez a Red Bull en 2021 ofreció una segunda oportunidad para la gloria. Encargado de apoyar a Verstappen en su lucha por el título, Pérez destacó al principio, entregando actuaciones cruciales como su victoria en Bakú y su heroica defensa contra Lewis Hamilton en Abu Dabi. Estos esfuerzos le valieron elogios y extendieron su permanencia.
Sin embargo, el juggernaut de Verstappen demostró ser un referente insuperable. Para 2022, el desarrollo del coche se inclinó fuertemente hacia el estilo agresivo de Verstappen, dejando a Pérez rezagado. Su impresionante victoria en Singapur ese año recordó a los aficionados su potencial, pero tales altibajos fueron efímeros.
2023: El Comienzo del Fin
La campaña de Pérez en 2023 reflejó el año anterior: un comienzo prometedor con victorias en Jeddah y Bakú dio paso a un colapso en su forma a medida que crecía la dominancia de Verstappen. Una serie de malas actuaciones en clasificación, a menudo sin lograr llegar a Q3, se convirtió en un emblema de sus dificultades. La aparición de coches competitivos de Mercedes, Ferrari y McLaren agravó los problemas de Red Bull, exponiendo las deficiencias de Pérez en una batalla de alta presión y entre múltiples equipos.
Para 2024, sus actuaciones decepcionantes contribuyeron significativamente a la caída de Red Bull al tercer lugar en el Campeonato de Constructores. Su incapacidad para cerrar la brecha con Verstappen obligó a la escudería a tomar decisiones, y la etapa de Pérez en la cima llegó a su fin.
Un Legado en Cuestión
Sergio Pérez deja un legado como un ganador de seis Grandes Premios, un pionero del automovilismo mexicano y un piloto que prosperó en momentos de caos. En circuitos urbanos, fue casi inigualable; en sus mejores días, podía igualar a cualquiera en la parrilla. Sin embargo, su carrera subraya los márgenes extremadamente finos en la cima de la F1. Aunque le faltaba la velocidad pura y la adaptabilidad para desafiar a Verstappen de manera constante, la historia de Pérez es una de perseverancia y adaptabilidad.
Si todas las carreras se hubieran celebrado en Bakú, Pérez podría haber sido una leyenda. En la narrativa más amplia de la F1, será recordado como un piloto que, aunque nunca fue una megastar, trajo su propia marca de brillantez al deporte.