Sébastien Ogier, el campeón mundial de rally en ocho ocasiones, ha adoptado una postura desafiante contra la FIA al negarse a participar en entrevistas al final de las etapas durante el Rally de Chile. Este movimiento surge en respuesta directa a la multa suspendida de 30,000 € que recibió tras hacer comentarios críticos en el Rally Acrópolis de Grecia.
La frustración de Ogier proviene de la decisión de la FIA de sancionarlo por sus declaraciones contundentes sobre los problemas de polvo en suspensión en Grecia, donde acusó al deporte de no abordar problemas persistentes: “Es molesto ver que el deporte nunca aprende. ¿Qué tienes en la cabeza? Nada. Es una locura.” La FIA consideró estos comentarios como una violación de su código, dirigiendo su atención específicamente a palabras o acciones que podrían dañar la reputación de la FIA.
Esta represión a la expresión de los pilotos no es exclusiva del rally. En la Fórmula 1, el presidente de la FIA, Mohammed Ben Sulayem, generó recientemente controversia al exigir a los pilotos que se abstuvieran de usar malas palabras en la radio del equipo y en las conferencias de prensa. Max Verstappen, el actual campeón de F1, se encontró en desacuerdo con el organismo regulador después de usar un lenguaje inapropiado durante una sesión con los medios, lo que resultó en un mandato para realizar servicio comunitario.
Tomando una página del libro de jugadas de Verstappen, Ogier ha limitado sus respuestas durante las entrevistas al final de las etapas en Chile, utilizando efectivamente el silencio como una forma de protesta. Cuando se le preguntó sobre su falta de comentarios, Ogier no se mostró arrepentido, dejando claro que su silencio era un mensaje directo a la FIA.
“Nos han dicho que no deberíamos hablar, así que no tengo ganas de hablar hoy,” explicó Ogier. “No es nada personal contra los medios o los aficionados, pero tenemos muy pocas herramientas que podemos usar, así que esta es mi respuesta.”
La protesta de Ogier refleja los sentimientos del campeón del mundo de rally 2019, Ott Tänak, quien también mantuvo sus comentarios breves, insinuando la tensa atmósfera entre los pilotos y la FIA. “Son tiempos bastante interesantes en este momento”, comentó Tänak de manera críptica.
El director del equipo Toyota, Jari-Matti Latvala, expresó simpatía por los pilotos, enfatizando los altibajos emocionales que experimentan inmediatamente después de una competencia intensa. “No hay muchos deportes en los que te entrevisten inmediatamente después del ejercicio cuando la adrenalina está por las nubes”, dijo Latvala. “Queremos presentar una buena imagen, pero no siempre es posible cuando hay emociones de por medio.”
Ogier insinuó que su silencio autoimpuesto podría no durar todo el fin de semana, afirmando: “Esperemos que regrese, sí,” cuando se le preguntó si su apagón mediático continuaría.
El creciente descontento entre los principales pilotos como Ogier y Verstappen subraya un conflicto más amplio entre los atletas y el control cada vez más estricto de la FIA sobre sus expresiones. Con tensiones latentes, las próximas rondas de competencia podrían revelar si los intentos de la FIA por controlar la conducta de los pilotos resultarán contraproducentes, alimentando una mayor rebelión entre la élite del deporte.