Sebastian Vettel suena la alarma sobre la revisión de la unidad de potencia de F1 de 2026: “No estoy del todo convencido”
En una declaración audaz que ha enviado ondas de choque a través de la comunidad del automovilismo, el cuatro veces campeón del mundo de Fórmula 1, Sebastian Vettel, ha expresado serias reservas sobre el cambio radical en las regulaciones de motores del deporte para 2026. Después de más de una década dominada por la tecnología turbo-híbrida, los próximos cambios prometen una reinvención de las unidades de potencia de la F1, sin embargo, Vettel teme que esto pueda poner en peligro el mismo espíritu del automovilismo.
La inminente revisión del motor eliminará el componente MGU-H, resultando en un nuevo sistema híbrido que divide la generación de potencia de manera equitativa entre motores eléctricos y motores de combustión interna tradicionales. Esta transformación drástica es parte de la ambiciosa agenda de sostenibilidad de la FIA, junto con los esfuerzos de la Gestión de Fórmula 1 (FOM) para atraer a nuevos gigantes automotrices como Audi, Ford y General Motors a la parrilla. Pero Vettel advierte que tales cambios podrían tener un alto precio.
Se lamentó: “Se están desechando soluciones innovadoras de las regulaciones anteriores de motores para hacerlas menos costosas”, mientras cuestionaba la verdadera motivación detrás de este impulso. El ex campeón subrayó que, si bien el cambio a componentes eléctricos es esencial para el futuro de la movilidad, sigue siendo escéptico. “No estoy del todo convencido por las nuevas regulaciones aún”, dijo, destacando un error evidente: “Recuperar energía es genial, pero hacerlo solo en el eje trasero e ignorar el eje delantero no tiene sentido para mí.”
Las preocupaciones de Vettel van más allá de las meras métricas de rendimiento; también examina el impulso hacia los biocombustibles impuesto por las nuevas regulaciones. Mientras que la FIA ha decretado que los motores de 2026 deben funcionar con biocombustibles 100% sostenibles, el cuatro veces campeón no se deja influenciar fácilmente. Teme que la naturaleza competitiva de la F1 pueda llevar al mal uso de estos combustibles, diluyendo su impacto potencial en aplicaciones del mundo real. “Los combustibles neutros en carbono son buenos porque hay una necesidad de ellos en el mundo fuera del automovilismo,” comentó, señalando su importancia para los vehículos cotidianos, el transporte marítimo y la aviación.
Sin embargo, advierte sobre el peligro de que la incansable búsqueda de rendimiento comprometa la integridad de estos combustibles. “Si desatas la típica carrera de desarrollo de Fórmula 1 sobre ellos, las cosas pueden ir rápidamente en la dirección equivocada, como ocurrió en 2014,” advirtió. Vettel aboga por regulaciones estrictas sobre los orígenes de estos combustibles, para asegurar que sean relevantes para la producción en masa y las prácticas sostenibles.
Además, las regulaciones de 2026 prometen cambios drásticos en el diseño de los coches, incluyendo aerodinámica activa y una reducción de peso de 30 kilogramos. Estas alteraciones se promocionan como mejoras para la competitividad de las carreras, sin embargo, Vettel teme que en su lugar puedan allanar el camino hacia un enfoque impulsado por el espectáculo que reste esencia a las carreras. “Habrá un alejamiento de esta transferencia y más hacia el entretenimiento,” afirmó, destacando un posible cambio de enfoque que podría arruinar el deporte en última instancia.
Vettel insiste en la importancia de mantener los valores fundamentales de la Fórmula 1 mientras se abraza la responsabilidad ambiental. “Sería una pena si el automovilismo tal como lo conocemos dejara de existir,” afirmó, enfatizando que la innovación no debe comprometer el espíritu de competencia. “Desde una perspectiva deportiva, la competencia debe ser lo más cercana posible sin dañar el espíritu de la Fórmula 1. Y la gente aún debe poder permitirse ver el deporte.”
A medida que estamos al borde de una nueva era en la Fórmula 1, las drásticas advertencias de Vettel sirven como un recordatorio crucial del delicado equilibrio entre la innovación, la sostenibilidad y la esencia misma del automovilismo. ¿Anunciarán las regulaciones de 2026 un nuevo amanecer para las carreras, o alterarán irreparablemente el panorama de la Fórmula 1 tal como la conocemos? Solo el tiempo lo dirá, pero una cosa es segura: los ojos del mundo de las carreras están firmemente fijos en el drama que se está desarrollando.