Kyle Larson puede dominar casi cualquier pista, excepto cuando se trata de superspeedways. El Daytona 500 de 2025 se suponía que sería un nuevo comienzo, una oportunidad para borrar años de frustración. En cambio, fue la misma historia dolorosa: buena carrera, lugar equivocado, momento equivocado, y otro No. 5 Chevy destrozado volviendo cojeando al garaje.
Y ahora, Jeff Gordon está empezando a creer que el problema no es solo la pista, sino que está dentro de la cabeza de Larson.
Déjà Vu: Otro Daytona 500, Otra Oportunidad Perdida
Al llegar a Speedweeks, Larson conocía la narrativa. Daytona y Talladega han sido su pesadilla personal, así como lo fueron para Tony Stewart, otro gran piloto que nunca ganó el 500.
“No voy a perder el sueño si nunca gano esta carrera,” bromeó Larson antes de la carrera.
Pero sus acciones en la pista contaron una historia diferente.
- Tuvo dificultades en la clasificación, lo que lo obligó a entrar en los caóticos Duels.
- Se estrelló en su carrera de Duel, dañando su auto y comenzando en el 22º lugar para los 500.
- Esquivó accidentes durante toda la carrera, manteniéndose entre los 10 primeros en la parte final.
- Luego, justo cuando vio un camino hacia la victoria—boom. Otro choque en el superspeedway terminó su día.
¿El culpable esta vez? Cole Custer y Christopher Bell provocaron una reacción en cadena. Denny Hamlin giró, Ryan Preece salió volando, y Larson fue recogido—de nuevo.
Jeff Gordon: “Está en su cabeza ahora”
Después de ver otro Daytona 500 escaparse, Jeff Gordon no lo endulzó.
“Amo a Kyle y es genial, pero esto es un desafío para él.”
“Está en su cabeza ahora.”
Esa es la preocupación—¿se ha convertido esta lucha en el superspeedway en un bloqueo mental?
- Larson no es solo desafortunado—está cambiando la forma en que corre en estas pistas.
- Sobrepensar conduce a la vacilación, y en Daytona, eso es una sentencia de muerte.
- Su mentalidad está cambiando de confianza a duda, y en NASCAR, eso es peligroso.
Mientras William Byron ofreció una carrera casi perfecta para ganar su segundo Daytona 500 consecutivo, Larson quedó mirando, otra vez.
Incluso el hijo de Larson conoce sus luchas
¿La reseña más brutalmente honesta sobre los problemas de Larson en los superspeedways?
Vino de su propio hijo de 10 años, Owen Larson.
“Probablemente tiene que esforzarse mucho porque no es bueno en los superspeedways.”
Ay.
Incluso su familia conoce el problema. Y ahora, la pregunta no es si Larson puede ganar un Daytona 500—es si todavía cree que puede.
¿Qué sigue? ¿Puede Larson superar este obstáculo mental?
Larson ha demostrado que es uno de los mejores pilotos del mundo—pero los superspeedways requieren un conjunto de habilidades diferente.
- Él tiene el talento bruto—pero, ¿confía en sí mismo en Daytona?
- Él puede esquivar accidentes—pero, ¿se coloca en la posición correcta?
- Él es rápido—pero, ¿tiene la confianza para correr en Daytona como lo hace en cualquier otro lugar?
Hasta que rompa la barrera en Daytona o Talladega, este bloqueo mental solo se volverá más fuerte.
Pero una cosa es cierta—hasta que Larson se demuestre a sí mismo en un superspeedway, los fantasmas de Daytona seguirán atormentándolo.
Y Jeff Gordon lo sabe.