El Gran Premio de Estados Unidos 2024 ha sido eclipsado por una investigación de la FIA sobre Red Bull Racing, en medio de acusaciones de que el equipo podría haber estado utilizando un faldón delantero ajustable para manipular la altura del coche durante las condiciones de parc fermé, lo que constituye una violación directa de las regulaciones de Formula 1.
La controversia surge de las sospechas planteadas tras el Gran Premio de Singapur, sugiriendo que Red Bull podría haber explotado el dispositivo para obtener una ventaja entre la clasificación y la carrera. Con Red Bull admitiendo que su coche cuenta con el componente en cuestión, la FIA ha intensificado sus esfuerzos para garantizar que el ajustador cumpla con las estrictas reglas del deporte.
La sesión de práctica del viernes en el Circuito de las Américas vio a funcionarios de la FIA llevar a cabo inspecciones detalladas del RB20 de Red Bull para evaluar la legalidad del dispositivo. Estos controles aleatorios se han expandido desde entonces a otros equipos, como parte de un esfuerzo más amplio para recopilar datos sobre cuán extendido podría estar el uso de estos dispositivos en toda la parrilla.
El CEO de McLaren, Zak Brown, ha sido particularmente vocal sobre la necesidad de una investigación exhaustiva, pidiendo a la FIA que examine si Red Bull—o cualquier otro equipo—podría haber explotado previamente el ajustador. Las preocupaciones de Brown se centran en el potencial del dispositivo para alterar la altura del coche después de la clasificación, algo estrictamente prohibido bajo las regulaciones de parc fermé.
“Necesitamos una investigación a fondo para asegurarnos de que ningún equipo ha obtenido una ventaja injusta al ajustar el coche después de la clasificación,” dijo Brown, insistiendo en una revisión del uso histórico del dispositivo.
Nikolas Tombazis, el jefe de monoplazas de la FIA, minimizó la gravedad del problema pero reconoció que serán necesarias más verificaciones. Confirmó que hasta ahora no se ha encontrado evidencia definitiva que sugiera una violación, pero subrayó que el organismo regulador no dejará piedra sin mover.
“No hemos visto ninguna indicación clara de que este dispositivo se haya utilizado ilegalmente,” dijo Tombazis a Sky Sports F1. “Estamos hablando de un posible cambio de unos pocos milímetros—nada drástico—pero es importante que recopilemos todos los datos para estar seguros.”
Red Bull se ha mantenido firme en su defensa, negando cualquier uso indebido del ajustador de la parte delantera. El equipo declaró que ha cumplido completamente con las regulaciones y reiteró que cualquier ajuste realizado estaba dentro del margen legal, antes de que los coches fueran bloqueados en parc fermé.
En respuesta al escrutinio, Red Bull se ha comprometido a realizar modificaciones en la pieza antes del próximo Gran Premio de Brasil, asegurando que se alinee completamente con las expectativas de la FIA. Durante la práctica del viernes, Red Bull incluso ofreció un recorrido detallado del dispositivo a los oficiales de la FIA para mantener la transparencia.
“Estamos cooperando plenamente con la FIA. No hay ningún problema aquí,” dijo el director del equipo Red Bull, Christian Horner. “Esta parte ha estado en el coche durante años, y nada ha cambiado.”
Mientras la FIA continúa sus verificaciones, la controversia ha dejado una sombra sobre lo que se esperaba que fuera un emocionante fin de semana de carreras en Austin. El paddock ahora espera con gran expectación para ver si se impondrán sanciones o penalizaciones contra Red Bull, o si la investigación simplemente servirá como una medida precautoria para garantizar el juego limpio.
Independientemente del resultado, el incidente ha intensificado la rivalidad entre McLaren y Red Bull tanto en el Campeonato de Pilotos como en el de Constructores, ya que Max Verstappen lidera la clasificación con una ventaja de 52 puntos sobre Lando Norris. Con las apuestas más altas que nunca, cada detalle cuenta mientras los equipos empujan los límites de la innovación y la regulación.
Los resultados de la investigación de la FIA podrían tener implicaciones de gran alcance, no solo para Red Bull, sino para toda la parrilla de Fórmula 1, ya que el deporte continúa lidiando con el equilibrio entre los avances tecnológicos y la necesidad de un campo de juego nivelado.