Radford Motors, la marca automotriz resurgida conocida por su impresionante automóvil deportivo Type 62-2 basado en Lotus, ha encontrado un gran obstáculo en su camino. Finest Coachbuilding Group LLC, la empresa matriz de Radford, ha solicitado el Capítulo 11 de bancarrota, lo que genera dudas sobre el futuro de la marca y sus ambiciosos planes. La solicitud se presentó el 10 de octubre en el Tribunal de Quiebras de EE. UU. en Delaware, y Radford confirmó la noticia, indicando que está llevando a cabo una reestructuración empresarial destinada a asegurar nuevas inversiones y realizar cambios de propiedad.
Radford Motors, revivida en 2021 por un equipo que incluye al presentador de televisión Ant Anstead y al ex campeón del mundo de Fórmula 1 Jenson Button, esperaba encontrar un nicho en el mundo de los automóviles deportivos de lujo. Su primer proyecto, el Type 62-2, se inspiró en el Evora de Lotus y contaba con un potente motor V6 de 3.5 litros capaz de producir hasta 600 caballos de fuerza. A pesar de este prometedor comienzo e incluso una participación que acaparó titulares en la subida a Pikes Peak 2023, el futuro de Radford ahora es incierto.
En una declaración a Motor1, el CFO/COO de Radford, Dan Bednarski, describió la solicitud de bancarrota como parte de una estrategia más amplia para «fortalecer nuestra base para el futuro», insinuando que las transiciones de propiedad y un plan de reestructuración ayudarían a despejar el camino para nuevas inversiones.
«Estos cambios son parte de nuestra estrategia más amplia para despejar el camino para nuevas inversiones y subrayar nuestro compromiso con un crecimiento continuo y sostenido,» dijo Bednarski, mientras enfatizaba que Radford sigue comprometido con la construcción de automóviles deportivos de lujo.
La presentación de la quiebra llega apenas tres años después del renacimiento de Radford, interrumpiendo sus planes para el Type 62-2. El coche, diseñado para fusionar la herencia clásica de las carreras con el rendimiento moderno, estaba listo para entrar en producción limitada, con la empresa planeando construir una gama de vehículos de lujo personalizados. El deportivo, con un precio de alrededor de $1 millón tras su debut en Pikes Peak, debía mostrar las capacidades de Radford en el espacio automotriz de élite.
Sin embargo, no está claro cómo la presentación de quiebra impactará la producción del Type 62-2 u otros modelos futuros. La reestructuración podría señalar un nuevo comienzo para la empresa, o podría complicar las ambiciones de la marca para consolidar su lugar en el mercado de coches de lujo.
A medida que se desarrollen los procedimientos de quiebra, los próximos pasos de Radford serán observados de cerca por entusiastas del automovilismo e insiders de la industria por igual. La capacidad de la empresa para asegurar nueva inversión y ejecutar su plan de reestructuración determinará si Radford puede sobrevivir a este momento crítico o si su ambicioso renacimiento se detendrá antes de que realmente salga a la carretera. Mantente atento para actualizaciones sobre esta historia en desarrollo.