El Praga Bohema es un coche deportivo de primer nivel que casi siempre sorprende a los aficionados de estos modelos más exclusivos, incluso si los circuitos de competición parecen ser su destino final.
La marca checa, que ha pasado los últimos siete años desarrollando un supercoche de carretera, ha anunciado ahora que ha entregado el primer Bohema, de los 89 que producirá, a un cliente en los Países Bajos, siendo el propietario del nuevo supercoche checo quien recibió las llaves del piloto de carreras y desarrollo Romain Grosjean.
Equipado con un motor V6 biturbo de 3.8 litros de un Nissan GT-R, que ha sido mejorado por Litchfield para ofrecer una potencia de 700 hp. La potencia se envía a las ruedas traseras a través de una caja de cambios secuencial Hewland.
Además de un motor potente, el Bohema también pesa menos de 1000 kg, gracias a su construcción en fibra de carbono, lo que le permite presumir de una aceleración de 0 a 100 km/h en 2.3 segundos y una velocidad máxima de 317 km/h.
Para aprovechar todo el poder de este Bohema, Praga equipó al superdeportivo con discos de freno de carbono-cerámica de 380 mm, con pinzas de seis pistones, ocultas detrás de llantas de aleación de 18» en la parte delantera y 19» en la trasera.
La aerodinámica también juega un papel crucial en el rendimiento de este superdeportivo. Pruebas intensivas realizadas en el túnel de viento de un equipo de Fórmula 1 resultaron en un paquete aerodinámico que proporciona alrededor de 910 kg de carga aerodinámica a una velocidad de 250 mph.
De hecho, las líneas profundamente aerodinámicas se caracterizan por un capó largo y un frente ondulado, mientras que en la parte trasera, un sistema de escape doble montado en el centro está enmarcado por un difusor de generoso tamaño.
Para asegurar que este superdeportivo tenga un manejo preciso en la carretera, Praga equipó al Bohema con un sistema de suspensión que cuenta con amortiguadores ajustables operados por varillas de empuje montadas horizontalmente para un máximo recorrido, minimizando la altura del cuerpo.
Los técnicos lograron mantener la masa no suspendida limitada a 180 kg, lo que permite una conducción flexible en carreteras normales, evitando el uso de suspensiones adaptativas excesivamente pesadas.
En el interior, el Bohema es un superdeportivo caracterizado por un cockpit minimalista, que cuenta con un panel de instrumentos ubicado en el centro, un volante desmontable y varios controles en la consola central, con asientos ajustables y superficies cubiertas de Alcantara.
Praga ya ha anunciado que la producción del Bohema está en marcha, con aproximadamente 20 unidades construidas cada año durante los próximos cuatro años, y cada unidad tiene un precio de 1.43 millones de euros.