Lewis Hamilton puede ser uno de los pilotos más exitosos en la historia de la Fórmula 1, pero no sigue la tendencia de llenar su garaje con supercoches. El siete veces campeón, conocido por sus enormes logros en la pista, ha revelado que su interés en coleccionar supercoches modernos ha disminuido. En su lugar, Hamilton ha trasladado su pasión—y su gasto—al mundo del arte, especialmente a piezas de artistas negros emergentes y consolidados.
La última compra de un supercoche por parte de Hamilton fue el codiciado AMG Project One, un modelo de edición limitada desarrollado en colaboración con Mercedes. El exclusivo coche venía con un precio exorbitante, pero desde entonces, el entusiasmo de Hamilton por adquirir coches modernos ha disminuido. «El último coche que compré fue un AMG One, pero también es mi último supercoche por el momento,” dijo Hamilton. “Prefiero gastar mi dinero en arte ahora. Siempre estoy descubriendo nuevos artistas, especialmente grandes artistas negros.”
La elección del piloto de 39 años refleja una crítica al estado actual de la industria automotriz. Con los fabricantes produciendo diseños cada vez más similares, Hamilton siente que la singularidad que una vez definió a los supercoches está ausente. “Los coches modernos todos se ven un poco iguales. Es un poco triste,” dijo. En su lugar, se siente atraído por los coches clásicos por su sonido distintivo y su atractivo emocional, prefiriéndolos sobre los diseños elegantes pero uniformes de hoy.
El cambio de intereses de Hamilton se alinea con su personalidad única, una que el director del equipo, Toto Wolff, elogia altamente. Wolff elogia la resiliencia y el talento de Hamilton, especialmente dada las adversidades que enfrentó en su juventud. “Lewis utiliza la adversidad y la canaliza en rendimiento… eso combinado con su talento, ética de trabajo, inteligencia, actitud sin miedo y desarrollo constante de sí mismo lo convierte en alguien único”, declaró Wolff.
A medida que Hamilton se acerca al tramo final con Mercedes, busca terminar la temporada de manera sólida, aunque los podios pueden ser difíciles de asegurar con el W15 que no rinde. Sin embargo, su búsqueda de la excelencia permanece inquebrantable, tanto en la pista como en su nueva pasión artística. Con la vista puesta en nuevas aventuras creativas, la colección de Hamilton puede ahora contar una historia de crecimiento, resiliencia y un amor por el arte que rivaliza incluso con su pasión por las carreras.