Jos Verstappen, el hombre detrás de la creación de la «bestia más grande» de la Fórmula 1, Max Verstappen, ha sido aclamado como un «puro matón» por sus métodos de crianza controvertidos que moldearon a su hijo en el formidable piloto que es hoy. Gino Rosato, un amigo cercano de los Verstappen, elogió a Jos por inculcar en Max una ética de trabajo a la antigua, lo que llevó a su éxito en la pista.
A pesar de enfrentar críticas por su enfoque duro, Jos defendió sus métodos, enfatizando que estaba enseñando y empujando a Max a sobresalir en el despiadado mundo del automovilismo. Rosato elogió a Jos por no mimar a Max como muchos padres hacen hoy en día, resaltando la dinámica única y efectiva del dúo padre-hijo Verstappen.
Con el impresionante historial de Max y sus títulos de campeón del mundo, es evidente que el estilo de crianza poco convencional de Jos ha dado sus frutos. Rosato enfatizó que la historia de los Verstappen es un testimonio de la importancia del amor duro y de inculcar una sólida ética de trabajo para alcanzar la grandeza.
El manager de negocios de Max, Raymond Vermeulen, también reconoció el enfoque poco ortodoxo pero amoroso de Jos, reconociendo que fue fundamental en el desarrollo de Max como un atleta exitoso y motivado. A pesar de la feroz competitividad de Max en la pista, fuera de ella, se le describe como una persona tranquila, amigable y equilibrada, un contraste marcado que muestra la complejidad de su carácter.
A medida que los Verstappen continúan dominando la escena de la F1, el foco sigue en el papel de Jos en moldear a Max en el piloto superestrella que es hoy. Su historia sirve como una narrativa convincente de resiliencia, determinación y el poder del amor duro en el fomento del talento y en alcanzar un éxito sin igual en el mundo de la Fórmula 1.