Las Vegas, NV—La sensación novato Liam Lawson, quien corre para el equipo VCARB de Red Bull, recientemente causó revuelo en el paddock de Fórmula 1 con comentarios que vinculan a McLaren, basado en Gran Bretaña, con su Nueva Zelanda natal. Hablando en un pódcast, Lawson se refirió con humor a los líderes del campeonato McLaren como “realmente un equipo neozelandés”, llamando la atención sobre el legado de la leyenda del automovilismo kiwi Bruce McLaren.
Los comentarios de Lawson, que también destacaron la tradición del himno austriaco de Red Bull a pesar de estar basado en el Reino Unido, rápidamente ganaron tracción. Abordando el revuelo antes del Gran Premio de Las Vegas, Lawson aclaró la intención detrás de sus palabras:
“Creo que esto es algo que estoy aprendiendo en Fórmula 1. Me estaba riendo cuando mencioné este comentario en un pódcast. Y era más una broma, pero obviamente, se tomó muy literalmente.”
A pesar del tono ligero, el orgullo de Lawson por la rica historia del automovilismo de Nueva Zelanda era evidente. El novato de 21 años aclamó a Bruce McLaren como una figura clave en su inspiración:
“Obviamente, estoy muy orgulloso de ser de Nueva Zelanda y de nuestra historia en el automovilismo. Bruce McLaren es alguien que es un ícono absoluto en Nueva Zelanda en el automovilismo. Así que es alguien a quien admiraba y de quien aprendí mucho, digamos, cuando era más joven.”
El Legado de McLaren: Un Comienzo Kiwi, un Imperio Global
Fundado por Bruce McLaren en 1963, el equipo hizo su debut en el Gran Premio en 1966. La trágica muerte de McLaren durante una prueba de Can-Am en 1970 en Goodwood no puso fin al éxito del equipo; en cambio, se convirtió en una potencia global. Hoy, el Grupo McLaren es propiedad del fondo soberano de Bahréin Mumtalakat, liderado por el CEO estadounidense Zak Brown y el director del equipo italiano Andrea Stella.
Con los pilotos Lando Norris (británico) y Oscar Piastri (australiano), McLaren ahora opera lejos de sus raíces neozelandesas, pero los comentarios de Lawson subrayan el orgullo duradero que sienten los neozelandeses por el papel fundamental de Bruce McLaren en el deporte.
Las observaciones juguetonas de Lawson pueden no encajar perfectamente en un comunicado corporativo de relaciones públicas, pero sirven como un recordatorio conmovedor del tapiz global de la F1, uno tejido con legados que trascienden las fronteras nacionales. A medida que Lawson se establece en el paddock, una cosa está clara: el novato lleva con orgullo el legado del automovilismo neozelandés hacia el futuro.