Desde al menos 2020, ha habido muchos rumores que sugieren que BMW está preparando un SUV (ultra)lujoso, designado como el X8, capaz de competir efectivamente con modelos como el Bentley Bentayga, por ejemplo. Algunos creen que esta fue la misión del XM, lanzado en 2022, y el primer modelo completamente desarrollado desde el M1, de 1978, por su división deportiva (ahora sub-marca) BMW M.
Sin embargo, a pesar de ser el único vehículo del fabricante bávaro aprobado para vías públicas que ha utilizado alguna vez un derivado “de carretera” del motor híbrido V8 biturbo de 4.4 creado para el coche de competición BMW M Hybrid V8 LMDh, la verdad es que, por un lado, su aceptación, especialmente en EE. UU. donde se fabrica, siempre ha estado por debajo de las expectativas (ha ocupado consistentemente el último lugar en la tabla de ventas del fabricante alemán). Por otro lado, hay quienes lo consideran insuficientemente deportivo para una creación de BMW M, y también no lo suficientemente lujoso, cómodo y distintivo para poder competir, cabe enfatizar, con su mencionado rival lanzado por la marca de Crewe, Inglaterra.
La solución a este dilema puede implicar, ante todo, discontinuar discretamente una propuesta que nunca ha logrado convencer como se esperaba (y deseaba), y que difícilmente verá una segunda generación. Al mismo tiempo, aprovechar la oportunidad para reclamar la designación X8 (registrada por BMW en 1998, un año antes de su entrada en el mundo de los SUV con el original X5 de la generación E53, pero, hasta el día de hoy, nunca utilizada), y hacer uso de los derechos al nombre Alpina, adquiridos en 2020, y, según el contrato firmado entre ambas empresas bávaras, que BMW tendrá a partir de 2026.


Apoyando esta teoría está el hecho de que la casa del propulsor, según informa el sitio web Autoblog, ha registrado el nombre XB8 en la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (EUIPO). Vale la pena recordar que la letra “B” se usa comúnmente como prefijo en la designación de sus modelos de gasolina por la marca Buchloe, fundada en 1965, y históricamente (y de manera intrínseca) vinculada a BMW, ya que ofrece interpretaciones personalizadas que son incluso más poderosas y refinadas de sus modelos (un ejemplo de esto es su interpretación del X7, identificada por el acrónimo XB7).
Confirmando todas estas suposiciones, BMW podría finalmente estar en posición de proponer un SUV «opulento» con el posicionamiento y la apariencia adecuados para tener éxito en un segmento extremadamente exigente. Y, por decepcionante que haya sido el XM, tampoco se puede esperar que el fabricante de Múnich comience su nueva aventura absolutamente desde cero, siendo más creíble que la arquitectura respectiva sirva como base para el desarrollo de un hipotético XB8, pero con diferentes niveles de confort, e identificado por elementos estilísticos específicos típicos de Alpina, como ruedas, kit de carrocería y paleta de colores exteriores. Es importante recordar que para que esto sea posible, será necesario que ocurra otro hecho sin precedentes: que Alpina incluya en su gama algo que no tenga un contraparte directa en la oferta de BMW, ya que, históricamente, todas sus creaciones siempre han estado basadas en BMWs existentes.









