Adrian Newey, el Director Técnico Jefe de Red Bull Racing, expresó su creencia de que la FIA fue fuertemente influenciada por algunos fabricantes al decidir sobre las regulaciones técnicas para la temporada de Fórmula 1 de 2026. Newey sugiere que se hicieron compromisos para atraer a más fabricantes a ingresar al deporte durante su próximo reinicio. Sin embargo, cuestiona si esta es la mejor forma de acción, ya que cree que las marcas a menudo entran y salen de la serie. A pesar de sus reservas, Newey reconoce que es prematuro descartar las nuevas regulaciones y enfatiza la importancia de abrazar el desafío que presentan.
Un aspecto de las nuevas regulaciones que Newey considera particularmente inusual es la división planificada del 50/50 entre energía eléctrica y potencia, lo que resultará en una mayor dependencia del chasis. Destaca la situación única de los motores funcionando como generadores a lo largo de la carrera, incluso en curvas cerradas como la horquilla de Loews. Newey reconoce que las regulaciones de los motores se desarrollaron sin suficiente consideración para el chasis, lo que lleva a desafíos significativos en la búsqueda de una solución que funcione de manera efectiva. Sin embargo, aprecia el énfasis en promover la eficiencia y cree que cualquier cosa que logre ese objetivo está alineada con el objetivo más amplio de popularizar las tendencias a través de la Fórmula 1.
Newey también cuestiona las prioridades de la FIA, sugiriendo que la organización puede haber sido influenciada por fabricantes específicos en un intento de complacerlos y atraer a otros. Aunque reconoce que la entrada de Audi en 2026 puede ser considerada como un éxito parcial en este sentido, cuestiona si los compromisos hechos valen la pena en términos de posibles logros. Newey enfatiza que los fabricantes vienen y van, excepto Ferrari, y que los equipos y el público son los principales interesados en el deporte. Por lo tanto, considera esencial ofrecer un espectáculo emocionante y diverso que recompense la variedad.