En un giro sorprendente de los acontecimientos que subraya la tensión de alto riesgo entre NASCAR y sus equipos, 23XI Racing y Front Row Motorsports (FRM) han triunfado en una batalla legal preliminar, asegurando su lugar en la parrilla de la NASCAR Cup Series 2025. La decisión del juez Kenneth D. Bell el 18 de diciembre concedió una orden judicial preliminar que allana el camino para que los equipos compitan como entidades con charter, a pesar de los intentos controvertidos de NASCAR por bloquear su participación.
La demanda que sacudió a NASCAR
La batalla legal comenzó en octubre cuando 23XI y FRM acusaron a NASCAR de aprovechar su poder de monopolio para obligar a los equipos a firmar el acuerdo de charter de 2025 bajo coacción. En el centro de la disputa estaban las afirmaciones de que el proceso de renovación de charter de NASCAR y las regulaciones del coche Next Gen efectivamente forzaban a los equipos a cumplir, dejándolos con pocas alternativas viables fuera de la serie.
Los equipos también alegaron que el nuevo acuerdo de televisión multicanal de NASCAR para 2025 priorizaba los intereses financieros del organismo rector mientras creaba confusión y complejidad innecesarias para los equipos que intentaban navegar por el sistema.
Los charters bloqueados generan controversia
En medio de la demanda en curso, NASCAR tomó una medida audaz al bloquear la venta de charters que 23XI y FRM habían adquirido de la ahora desaparecida Stewart-Haas Racing (SHR). Sin estos charters, ambos equipos enfrentaban la desalentadora perspectiva de competir como equipos «Abiertos», donde las malas calificaciones podrían dejarlos fuera de las carreras y reducir significativamente sus oportunidades de premios en metálico.
La orden judicial del juez Bell allana el camino para que FRM proceda con su adquisición de charter, mientras que 23XI debe presentar una moción separada para finalizar su propia compra. Esta decisión impide que NASCAR obstruya aún más la venta y otorga a FRM y 23XI la certeza competitiva que buscaban.
La decisión del juez asesta un golpe a NASCAR
En su decisión, el juez Bell destacó la fuerte probabilidad de que 23XI y FRM tuvieran éxito en sus reclamaciones antimonopolio contra NASCAR. Enfatizó que negar a los equipos el estatus de charter causaría daño irreparable, incluyendo la pérdida de pilotos de primer nivel y comprometiendo su viabilidad competitiva.
“Los demandantes han establecido que es probable que tengan éxito en sus reclamaciones de que NASCAR tiene poder de monopolio en el mercado de las carreras de autos stock de primer nivel,” escribió Bell. “Sin una entrada garantizada como equipos charter, es probable que sufran un daño irreparable debido a la pérdida de control contractual sobre sus mejores pilotos y la incapacidad resultante de presentar su mejor equipo de carreras.”
Los pilotos aseguran sus lugares para 2025
Con la medida cautelar en vigor, los pilotos de FRM y 23XI Racing pueden respirar aliviados. Tyler Reddick y Bubba Wallace, representando a 23XI, se unirán a Todd Gilliland y Noah Gragson de FRM en la parrilla de la Copa 2025, garantizando sus lugares en las 36 carreras.
Reddick, recién salido de una aparición en el Campeonato 4 en 2024, busca aprovechar su impulso, mientras que Wallace aspira a mejorar su 18ª posición de la temporada pasada. Gilliland, que se muda al coche #34, asumirá el papel de piloto principal de FRM, mientras que Gragson transiciona de SHR al #38.
Además, si la demanda termina favorablemente para 23XI, la charter que adquirieron de SHR permitirá a Riley Herbst debutar en el coche #35. Mientras tanto, Trackhouse Racing ya ha asegurado otra charter de SHR para la campaña de novato de Shane van Gisbergen en el #88.
El futuro de NASCAR está en juego
A medida que la demanda continúa, las apuestas para NASCAR no podrían ser más altas. El caso ya ha expuesto preocupaciones sobre la gobernanza del deporte y ha planteado preguntas sobre su competitividad a largo plazo. Si los equipos prevalecen, NASCAR podría verse obligado a repensar su sistema de charter y su enfoque hacia las negociaciones con los equipos.
Este drama legal podría resultar un punto de inflexión para el deporte, con implicaciones de gran alcance para los equipos, los pilotos y el propio organismo de gobierno.