Las actuales luchas de NASCAR para producir estrellas más grandes que la vida, reminiscentes de leyendas como Dale Earnhardt Sr. y Jeff Gordon, no han pasado desapercibidas. Mientras que los conductores modernos como Chase Elliott, Kyle Larson y Denny Hamlin dominan en la pista, su impacto cultural no se acerca al de sus predecesores. Sorprendentemente, Dale Earnhardt Jr., quien se retiró hace años, sigue siendo una figura mucho más prominente que cualquier conductor activo—una clara indicación de la falta de poder estelar en NASCAR.
Según el periodista senior de NASCAR Jeff Gluck y otros, la solución radica en un ajuste crítico: dejar que los conductores expresen sus pensamientos y muestren sus personalidades. En un episodio reciente del pódcast “The Teardown”, Gluck y el coanfitrión Jordan Bianchi abordaron el tema de manera directa, instando a NASCAR a liberarse de su cultura mediática excesivamente higiénica.
¿Qué está deteniendo a los conductores de NASCAR?
El conductor moderno de NASCAR, como señala Gluck, se siente silenciado y restringido. A menudo se desanima a los conductores a hablar con franqueza o mostrar emociones crudas, tanto frente a las cámaras como en las entrevistas posteriores a la carrera.
“Dejen que hablen. Hay tanto ‘no vayamos por ese camino’ o ‘no hagamos eso.’ Hay tantas grandes personalidades en este deporte, pero simplemente no se les muestra o no se les permite salir,” argumentó Gluck.
Este ambiente excesivamente cauteloso contrasta marcadamente con la Fórmula 1, donde los pilotos son mucho más accesibles y se les anima a ser vocales. Las superestrellas de la F1 como Lewis Hamilton, Max Verstappen y Lando Norris interactúan frecuentemente con los medios, proporcionando a los aficionados perspectivas sin filtros, humor y drama.
Bianchi enfatizó que la disposición de los pilotos de F1 para hablar—ya sea después de una mala sesión de clasificación, un choque temprano o una victoria dramática—los humaniza y construye conexiones más profundas con los aficionados.
“Cada piloto habla después de la clasificación. Cada piloto habla después de la carrera. Podrían chocar en la vuelta 2, ellos hablan. Podrían clasificar en último lugar, ellos hablan. Estás escuchando a estos chicos todo el tiempo.”
Los aficionados quieren personalidades auténticas
Los aficionados de NASCAR a menudo se pierden la oportunidad de ver las verdaderas personalidades de sus conductores favoritos. Detrás de puertas cerradas, estos atletas son mucho más atractivos, ingeniosos y opinantes de lo que parecen en cámara. Desafortunadamente, el enfoque cauteloso de los medios en el deporte sofoca estos rasgos, dejando a los aficionados con respuestas insípidas y ensayadas.
“Cuando las cámaras están apagadas, es como, ‘Hombre, estos tipos son geniales,’” dijo Gluck. “Desearía que los aficionados pudieran ver cómo algunos de estos conductores interactúan con nosotros o con otros lejos del foco de atención. Es muy diferente.”
Esta desconexión obstaculiza la capacidad de NASCAR para cultivar superestrellas—conductores que trascienden el deporte y atraen la atención del público general. Los aficionados no solo quieren coches rápidos; anhelan personajes más grandes que la vida que aporten fuego, humor y cercanía a la mesa.
La Fórmula 1 como el Estándar de Oro
El enorme crecimiento de la Fórmula 1 en los últimos años, impulsado en parte por Drive to Survive de Netflix, ha demostrado el valor de que los conductores se expresen abiertamente. Los conductores de F1 no son solo atletas; son celebridades con seguidores globales. Interactúan con los aficionados en las redes sociales, hacen declaraciones audaces en entrevistas y no tienen miedo de agitar las cosas.
NASCAR, con su rica historia y apasionada base de aficionados, podría replicar fácilmente esta fórmula si se les diera a los conductores la libertad de ser más auténticos.
Cómo NASCAR Puede Solucionar el Problema
Para abordar su problema de poder estelar, NASCAR necesita alentar y empoderar a sus pilotos para que:
- Hablar Libremente: Los pilotos deben sentirse cómodos compartiendo sus pensamientos y emociones honestas, incluso si eso crea controversia.
- Aumentar el Acceso a los Medios: Mandar disponibilidad constante para los medios, independientemente del rendimiento. Los aficionados deben escuchar a los pilotos después de victorias, derrotas o accidentes.
- Mostrar Personalidades Fuera de la Pista: Invertir en contenido detrás de cámaras que resalte las vidas, rivalidades y humor de los pilotos—similar a Drive to Survive de F1.
La Conclusión
Si NASCAR quiere crear superestrellas que resuenen más allá de la pista, debe permitir que sus pilotos sean ellos mismos. Pilotos como Kyle Busch—conocido por su personalidad ardiente—han mostrado destellos de lo que el compromiso auténtico puede hacer por el interés de los aficionados. Pero para capitalizar verdaderamente, el organismo sancionador debe abandonar su enfoque cauteloso y abrazar el drama, el humor y la humanidad que hacen que los deportes de motor sean atractivos.
La pregunta sigue siendo: ¿Escuchará NASCAR? Los aficionados están esperando, y los conductores están listos. Dejen que hablen.