El equipo de Fórmula 1 de Red Bull recientemente se convirtió en el foco de intensos dramas por varias razones. A principios de febrero, una empleada de Red Bull hizo acusaciones contra alguien del equipo por comportamiento inapropiado y controlador. En respuesta, el equipo inició una investigación privada sobre el asunto. A pesar de las acusaciones, el jefe del equipo, Christian Horner, consistentemente negó cualquier irregularidad. Se contrató a un abogado externo para llevar a cabo la investigación, durante la cual Horner fue interrogado durante un período continuo de ocho horas.
Según el equipo de Red Bull, la investigación duró aproximadamente 10 semanas. Sin embargo, Horner no fue temporalmente apartado de su cargo durante ese período. Aún estaba activamente involucrado en las actividades del equipo, como el evento de lanzamiento del coche RB20 y su primera carrera en Silverstone. Después de que el abogado envió un informe exculpando a Horner de las acusaciones, Red Bull GmbH lo exoneró oficialmente de cualquier acusación.
Lo que sorprendió a muchos fue que, solo una semana después, Red Bull suspendió a la empleada de su cargo sin proporcionar un motivo específico para su decisión. A pesar de las repetidas preguntas de los medios, Red Bull se mantuvo en silencio sobre el asunto. En respuesta a esta acción, la empleada buscó apelar a la FIA (Federación Internacional de Automovilismo) para asegurarse de que sus preocupaciones no fueran ignoradas. Otros líderes del equipo también expresaron sus preocupaciones sobre cómo Red Bull manejó la situación.
Before the Bahrain Grand Prix, Horner was officially cleared by the team. However, within a week, the employee was removed from her position, as mentioned earlier. Despite following the proper procedures and doing everything correctly, she continues to face additional challenges. A friend of the employee spoke to the media, raising questions about the ethics and integrity of Red Bull. Many believe she was a victim of abuse of power within the team. With internal policies and power struggles already plaguing the Austrian team, it is likely that more controversies will arise before the Australian Grand Prix weekend.