La tormenta que se avecina entre NASCAR y sus equipos principales ha alcanzado un punto de ebullición, con 23XI Racing de Michael Jordan y Front Row Motorsports (FRM) manteniéndose firmes contra el control económico del organismo sancionador. ¿En juego? El futuro mismo de los dos equipos—y quizás el equilibrio competitivo del deporte en sí.
Lo que comenzó como una disputa latente sobre el control financiero se ha convertido en una batalla legal a gran escala, con acusaciones de monopolio y prácticas restrictivas proyectando una sombra sobre los planes de NASCAR para 2025. Sin embargo, en medio de la tormenta legal, los expertos de la industria sugieren que el organismo sancionador puede estar jugando un juego agresivo, pero calculado—y no se arriesgarán a alienar a Michael Jordan, uno de los mayores activos del deporte.
La demanda que podría reconfigurar NASCAR
23XI Racing y FRM fueron los únicos equipos que se negaron a firmar el acuerdo de carta de NASCAR para 2025—un movimiento audaz que escaló las tensiones y llevó a ambos equipos a los tribunales. En el corazón de la demanda se encuentra una afirmación de que el control férreo de NASCAR sobre las pistas, los componentes de los coches y los costos de las carreras ha creado un ambiente anticompetitivo.
¿El argumento? Equipos como 23XI y FRM no tienen otra alternativa que jugar según las reglas de NASCAR. Según la contrademanda, el control de NASCAR sobre ARCA, muchas pistas clave y sus asociaciones exclusivas para piezas de Next-Gen deja a los equipos sin forma de operar en otro lugar.
Una reciente presentación judicial de NASCAR rechazó con firmeza las reclamaciones, desestimándolas como mera insatisfacción con negociaciones fallidas. La declaración decía: “La queja de los demandantes no refleja más que insatisfacción con negociaciones comerciales que no salieron a su favor.”
La postura agresiva de NASCAR—¿un miedo enmascarado?
Sin embargo, el enfoque inflexible de NASCAR puede no ser tan sencillo como parece. Voces de la industria como Landon Cassill han especulado que la postura agresiva podría ser un farol para forzar un acuerdo en lugar de una estrategia de tierra arrasada.
Cassill, hablando en el podcast Money Lap with Parker Kligerman, ofreció una perspectiva fascinante:
“Ahora que estamos comenzando a ver las presentaciones y respuestas de NASCAR… me parece bastante agresivo. NASCAR hace referencia a que no hay oferta de carta disponible para esos equipos en este momento. Si quieren una carta, su única opción es ganar esta demanda.”
Pero Cassill no se cree la narrativa de no compromiso. En cambio, sugiere que NASCAR necesita 23XI y FRM para mantener la estabilidad en el deporte:
“No creo que eso sea cierto al final… Creo que NASCAR quiere a 23XI en el campo de la carta… FRM en el campo de la carta. Quieren que las cosas vuelvan a donde estaban.”
¿Por qué? Michael Jordan.
Como un ícono cultural y seis veces campeón de la NBA, Jordan aporta una visibilidad sin igual a NASCAR. Cuando se formó 23XI Racing en 2020, solo su nombre aumentó las calificaciones de televisión y trajo millones de nuevas miradas al deporte. En 2024, la aparición de Tyler Reddick en el Campeonato 4 reafirmó el potencial de 23XI como un equipo de primer nivel. NASCAR, que ya enfrenta desafíos para su crecimiento, no puede permitirse perder una presencia tan poderosa.
El peor escenario posible, argumenta Cassill, es una fractura dentro del deporte—una que podría allanar el camino para una serie disidente liderada por equipos en desacuerdo.
Michael Jordan y compañía se niegan a retroceder
A pesar de los reveses iniciales—como una orden de restricción preliminar denegada en noviembre—23XI y FRM no han mostrado signos de retirada. Su equipo legal ha contraatacado con argumentos convincentes, destacando el control de NASCAR sobre el mercado y cómo sofoca la competencia.
Bob Pockrass de Fox Sports resumió su refutación:
“23XI/FRM ha presentado un breve en oposición a la moción de desestimación de NASCAR. Reitera que, dado que NASCAR controla las pistas (los acuerdos de sanción prohíben carreras de autos similares) y controla el proveedor/costos de Next Gen, controla el mercado. Aseguran que un equipo no puede simplemente cambiar sus operaciones a otras series de carreras.”
Estas afirmaciones exponen profundas preocupaciones sobre la abrumadora influencia de NASCAR, particularmente sobre los equipos independientes que luchan por forjar un futuro sostenible.
La Gran Imagen: El Dilema de NASCAR
El manejo de NASCAR de esta demanda no se trata solo de dos equipos; se trata del precedente que establece para el futuro de las carreras de autos de serie. Por un lado, el organismo sancionador debe proteger su autoridad y estructura económica. Por otro lado, alienar a dos equipos prominentes—particularmente uno propiedad de Michael Jordan—podría tener consecuencias de gran alcance.
Aunque la postura inmediata de NASCAR ha sido agresiva, la teoría de Cassill sobre una agenda oculta tiene peso. Un acuerdo no solo aseguraría el futuro de 23XI y FRM, sino que también estabilizaría el sistema de charter y mantendría la confianza de los aficionados.
¿Puede NASCAR permitirse alienar a sus estrellas en ascenso?
Las implicaciones más amplias de esta batalla no pueden ser ignoradas. Michael Jordan, Denny Hamlin y 23XI Racing representan una nueva era vital para NASCAR, una que combina la influencia cultural con la competencia de élite. Mientras tanto, Front Row Motorsports sigue evolucionando como un equipo sorpresa, ahora reforzado por la adición del exestrella de SHR, Noah Gragson.
Si NASCAR no logra encontrar el equilibrio correcto, corre el riesgo no solo de perder dos equipos competitivos, sino también de fracturar la confianza de los aficionados y de interrumpir la trayectoria de crecimiento del deporte.
Conclusión: Un Acuerdo Parece Probable—¿Pero Vendrá Pronto?
Aunque la postura actual de NASCAR parece inflexible, personas cercanas al deporte como Landon Cassill creen que finalmente se procederá con precaución. Un acuerdo puede no ser solo la opción más segura; puede ser la única opción para preservar la integridad de NASCAR y prevenir un caos potencial.
La pregunta sigue siendo: ¿es la postura agresiva de NASCAR un signo de miedo o simplemente negocios como siempre? Una cosa es segura—Michael Jordan y compañía están jugando para ganar, tanto en la pista como en la sala de tribunales. Ya sea que esta batalla legal termine en un acuerdo o se escale aún más, el resultado dará forma al futuro de NASCAR durante años.
Por ahora, todas las miradas están puestas en el enfrentamiento—una batalla de titanes que podría redefinir la estructura de poder de las carreras de autos stock para siempre.