A pesar de las dificultades que enfrentan, Jos Verstappen sigue dedicado principalmente a apoyar a su hijo, Max Verstappen, en su búsqueda del cuarto campeonato consecutivo de pilotos. Jos reconoció una lucha de poder dentro del equipo Red Bull Racing y sugirió públicamente que el jefe del equipo, Christian Horner, debería renunciar. Esta sugerencia surge después de acusaciones de «comportamiento inapropiado» hechas contra Horner por una empleada, pero posteriormente fue absuelto de esas acusaciones por una investigación independiente. Sin embargo, la demandante apeló esa decisión, lo que lleva a especulaciones adicionales de descontento entre figuras clave del equipo, incluyendo a Horner, el jefe de diseño Adrian Newey, el asesor Helmut Marko y el propio Jos.
Jos permanece enfocado en las aspiraciones de campeonato de Max y expresó preocupación por el ambiente interno del equipo. Él cree que la estabilidad y la unión son cruciales para el éxito y espera una resolución que permita que el equipo se enfoque nuevamente en las carreras. Jos asegura que Max sigue desempeñándose bien y no tiene problemas para trabajar con los ingenieros. Él enfatiza la competitividad del coche y la capacidad de Max para manejar las distracciones derivadas de la dinámica del equipo.
Christian Horner, en medio de especulaciones sobre su futuro en Red Bull, confirmó que tiene la intención de seguir como jefe de equipo y está dirigiendo su atención al próximo Gran Premio de Australia. Horner reconoce las contribuciones de Max al equipo y enfatiza la importancia del esfuerzo colectivo y el enfoque en los logros en las carreras. Atribuye el éxito del equipo a los esfuerzos colaborativos en toda la empresa.
A pesar de las luchas por el poder en curso y de las especulaciones, el equipo Red Bull sigue enfrentando los desafíos de la Fórmula 1. Tanto Jos Verstappen como Christian Horner enfatizan la importancia del rendimiento en la pista y de la unión del equipo a medida que se acercan las próximas carreras.