La dominancia de Max Verstappen en el Gran Premio de Qatar de Fórmula 1 no se trató solo de velocidad, sino de mantener a sus rivales bajo control, tanto en la pista como fuera de ella. En una carrera marcada por penalizaciones y momentos controvertidos, Verstappen criticó a Lando Norris de McLaren por acelerar a fondo a través de las banderas amarillas ondeando doble, lo que llevó a una investigación que finalmente eliminó a Norris de la contienda.
El holandés, que consiguió la victoria, no se contuvo después de la carrera, afirmando que si él hubiera cometido la misma infracción, los comisarios habrían actuado de inmediato. “Sabía que había levantado porque vi la doble amarilla,” dijo Verstappen. “Si no lo hubiera hecho, se habría investigado de inmediato. Así que simplemente estás en eso.”
El Incidente: Un Levantamiento Perdido, Una Oportunidad Perdida
En la vuelta 30, mientras Verstappen lideraba la carrera con Norris en persecución, un espejo retrovisor suelto del Williams de Alex Albon provocó banderas amarillas ondeando doble en la Curva 1. Mientras Verstappen reducía visiblemente la velocidad, Norris parecía mantener la velocidad máxima, incluso beneficiándose del DRS.
Verstappen rápidamente se comunicó por radio con su equipo para señalar el incidente, diciendo: “Verifiquen si él levantó por la amarilla.” Después de revisar las imágenes, Red Bull confirmó que Norris no había reducido la velocidad, lo que llevó a los comisarios a imponer a Norris una brutal penalización de 10 segundos de parada y salida, que efectivamente terminó con sus posibilidades de desafiar a Verstappen por la victoria.
«Él No Levantó»: Las Consecuencias
El Director del Equipo Red Bull, Christian Horner, respaldó los agudos instintos de Verstappen, destacando que los datos de GPS mostraron a Norris acelerando a fondo, con el DRS completamente abierto, a través de la zona de peligro. “Cuando miras la comparación de velocidad, es claro. Con banderas amarillas ondeando dobles, las reglas son estrictas,” explicó Horner.
Horner agregó que el encuentro de Verstappen con los comisarios el sábado, que le costó la pole position por obstaculizar a George Russell de Mercedes, probablemente agudizó su enfoque. “Después de pasar un tiempo íntimo con los comisarios, Max estaba muy interesado en asegurarse de que todo se revisara a fondo.”
Una Batalla de Ingenio y Registros
Esta no fue la primera vez que Verstappen demostró su aguda conciencia de las regulaciones de F1. Desde aprovechar las reglas de reinicio de carrera en Brasil hasta navegar una extraña falla en las luces del Safety Car en Qatar, Verstappen ha consolidado su reputación como un piloto que domina tanto la pista como el reglamento.
“Parte de ser un gran piloto es conocer las reglas al dedillo,” dijo Horner. “La capacidad de Max para mantenerse sereno y tomar decisiones inteligentes en momentos caóticos es lo que lo distingue.”
Caos del Safety Car y la Composición de Verstappen
Sumando al drama, un fiasco del Safety Car a mitad de carrera puso a prueba la astucia de Verstappen. Una mala comunicación sobre si el Safety Car iba a entrar o quedarse afuera casi dejó a Verstappen expuesto a un desafío de Norris. Pero el piloto de Red Bull, siguiendo las señales ambiguas con precaución, mantuvo su posición en la Curva 1.
“No pudo frenar al grupo porque las luces del Safety Car permanecieron encendidas, pero lo manejó brillantemente,” señaló Horner. “Ese tipo de compostura bajo presión muestra por qué está en la cima.”
Veredicto de Verstappen: No hay lugar para la indulgencia
Los comentarios de Verstappen después de la carrera subrayaron su creencia en la aplicación equitativa de las reglas. “Vi a [Norris] acercarse después de la Curva 1, así que pedí al equipo que verificara. Las banderas amarillas dobles son serias, y me alegra que los comisarios actuaran.”
El GP de Qatar fue un recordatorio de que la supremacía de Verstappen no se trata solo de velocidad; su agudeza mental y su capacidad para navegar por las complejidades de la F1 son igualmente formidables. Para Norris, la costosa penalización fue una lección dura en vigilancia, mientras que para Verstappen, fue otra oportunidad para demostrar por qué sigue siendo el rey indiscutido de la Fórmula 1.