Después de la emocionante victoria de Charles Leclerc en Mónaco, hay algunas cuestiones urgentes que necesitan ser abordadas, específicamente en relación a la propia pista de carreras. El circuito de calle histórico fue originalmente diseñado hace más de un siglo para mostrar la pequeña ciudad de Monte-Carlo. Antony Noghès, considerado el fundador del Gran Premio de Mónaco, defendió este concepto, y la primera carrera tuvo lugar en 1929.
A pesar del paso del tiempo, los límites del circuito han permanecido prácticamente inalterados desde la carrera inaugural. Esto significa que la pista, construida para coches de una era diferente, ahora está siendo recorrida por los coches de Fórmula 1 más anchos y pesados jamás vistos. No es sorprendente, entonces, que la 81ª edición de esta prestigiosa carrera haya sido bastante monótona.
Aunque es innegable que el Gran Premio de Mónaco ocupa un lugar especial en el calendario de la Fórmula 1, Helmut Marko, ex piloto y ganador de las 24 Horas de Le Mans, reconoce la necesidad de mejoras. Él sugiere varias soluciones potenciales, como cambiar el diseño de la pista o implementar paradas obligatorias en boxes y requisitos de uso de neumáticos para introducir elementos estratégicos en la carrera.
Sin embargo, Marko expresa reservas sobre el enfoque exclusivo en coches más pequeños y ligeros como solución. Él cree que es esencial regular el número de cambios de neumáticos o crear un circuito que ofrezca oportunidades genuinas de adelantamiento. Simplemente reducir el tamaño de los coches no resolverá la cuestión central.
Reflexionando sobre el decepcionante rendimiento de Red Bull en Mónaco, donde solo lograron ocho puntos, Marko elogia las habilidades excepcionales de conducción del héroe local Charles Leclerc. Observa que Ferrari parecía deslizarse sin esfuerzo sobre las zebras, volviéndose intocable para la competencia. Por otro lado, Red Bull enfrentó desafíos con la maniobrabilidad de su coche, especialmente al pasar por las zebras. Este problema fue parcialmente resuelto para la clasificación, pero la inestabilidad del coche seguía representando un riesgo, incluso para un piloto talentoso como Max Verstappen.
Al mirar hacia el próximo Gran Premio de Canadá, Marko expresa su preocupación de que Red Bull pueda enfrentar otro fin de semana difícil. Permanece optimista de que podrán identificar y corregir las discrepancias entre los datos del simulador y el rendimiento en el mundo real. Sin embargo, reconoce que su camino para asegurar los títulos del Campeonato Mundial de F1 de 2024 no será tan suave como lo fue el año anterior.
En conclusión, Red Bull y Max Verstappen se están preparando para una temporada desafiante, con el Gran Premio de Mónaco resaltando la necesidad de mejoras en la pista y en su propio rendimiento.