Durante años, el gobierno chino ha apoyado a su industria automotriz financiera y logísticamente (bajando los costos de transporte y proporcionando terrenos para la construcción de fábricas, por ejemplo). Pero ahora, considerando que el sector ya está suficientemente desarrollado y puede seguir expandiéndose de manera autónoma, tanto a nivel nacional como internacional, por primera vez en más de una década, los vehículos impulsados por «nuevas energías» están excluidos de la lista de prioridades económicas del país. Por lo tanto, se espera una reducción sustancial en el apoyo y los incentivos para los fabricantes locales de tales modelos (incluidos los híbridos enchufables), a pesar de varios informes en los últimos meses sobre las dificultades que enfrentan algunos fabricantes locales debido a problemas de sobreproducción y guerras de precios que han perjudicado la rentabilidad.
“China ya es dominante en vehículos eléctricos y tecnología de baterías, por lo que no tiene sentido seguir priorizando este sector,” explica Dan Wang, directora del Eurasia Group para temas relacionados con el país asiático, según cita Reuters. “Esto no significa que el gobierno forzará recortes en la capacidad de producción, pero el mercado decidirá qué fabricantes sobreviven,” agregó.
Según varios analistas de la industria, este cambio hará que los fabricantes chinos sean mucho más dependientes de la capacidad de innovación de los vehículos que producen y de la calidad de los productos que ofrecen en el mercado. También se espera que esta decisión conduzca a una desaceleración en los planes de expansión en otros mercados emprendidos por varios fabricantes, especialmente en Europa, con el fin de la “garantía” del apoyo gubernamental.







