El equipo de Fórmula 1 de Red Bull, liderado por Max Verstappen, ha demostrado históricamente ser capaz de realizar impresionantes remontadas después de viernes decepcionantes. La resiliencia del equipo, impulsada por un intenso trabajo nocturno en la fábrica y el simulador, ha ayudado a corregir problemas de equilibrio que afectaron al RB20 del año pasado. Sin embargo, las sesiones de práctica de este viernes en Melbourne, donde Verstappen terminó en quinto y séptimo lugar, parecen indicar una situación inusual para el equipo.
Notablemente, este no es un problema que se pueda abordar con las soluciones tradicionales del equipo durante la noche. Aunque Red Bull ha logrado corregir un gran problema: mejorar el equilibrio del coche y ampliar su ventana de funcionamiento, ha surgido un nuevo desafío: el coche simplemente no es lo suficientemente rápido. Los comentarios de Verstappen después de la práctica en Albert Park fueron reveladores. Señaló que, aunque no había problemas considerables, la adherencia del coche no estaba funcionando como se esperaba.
La decepción de Verstappen es palpable, y es probable que su predicción previa al fin de semana, donde expresó preocupaciones sobre las posibilidades de victoria de Red Bull en Melbourne, permanezca sin cambios. El objetivo clave del equipo para el RB21 era eliminar el talón de Aquiles que enfrentaba su predecesor: la pérdida de tiempo significativo cuando el coche salía de la ventana de configuración óptima.
El destello de esperanza vino de las pruebas en Baréin y las indicaciones iniciales de Melbourne, sugiriendo que Red Bull ha progresado en esta área. El asesor de motorsport de Red Bull, Helmut Marko, confirmó este desarrollo durante una entrevista con Auto Motor Und Sport. Se refirió al nuevo coche como más predecible, con reacciones esperadas a los cambios de configuración, a diferencia de la caída repentina de un segundo que se experimentó el año pasado cuando el coche salió de la ventana de trabajo.
Sin embargo, las mejoras del equipo no se han traducido en los avances de rendimiento que han demostrado sus rivales McLaren y Ferrari. Aunque el trabajo inmediato de configuración en el simulador puede resolver problemas de balance, mejorar el rendimiento general es un proceso más largo. Verstappen reconoció esto, afirmando que encontrar más velocidad es crucial, pero actualmente, el equipo carece de la capacidad para competir en la parte delantera.
Los problemas del equipo se intensifican aún más por la admisión del nuevo recluta Liam Lawson de que su rendimiento en el día inaugural no estuvo a la altura. Lawson, el único piloto en la parrilla que nunca ha corrido en Melbourne, finalizó en 16º y 17º lugar en las dos sesiones. El neozelandés reconoció que hay un trabajo significativo por hacer durante la noche, especialmente dado que su debut en la nueva pista no salió como se esperaba.
En resumen, las luchas de Red Bull se están profundizando, y el equipo está lidiando con desafíos desconocidos. Superar estos problemas requerirá más que las soluciones habituales de última hora, exigiendo tanto paciencia como desarrollo estratégico. A medida que el equipo se prepara para la próxima ronda, todas las miradas estarán puestas en Verstappen y su equipo para ver si pueden cambiar la situación a su favor.