La comunidad de Fórmula 1 quedó atónita cuando se confirmó la salida de Daniel Ricciardo de RB justo después del GP de Singapur. En un movimiento que sorprendió a muchos, el equipo hermano de Red Bull anunció que Liam Lawson asumiría el asiento de Ricciardo para las seis carreras restantes de la temporada 2024, comenzando con el Gran Premio de EE. UU. en Austin. La decisión provocó una oleada de frustración y enojo por parte de la leal afición de Ricciardo, gran parte de la cual se dirigió injustamente hacia Lawson.
Ricciardo, visiblemente emocionado al concluir el GP de Singapur, absorbió lo que parecían ser sus últimos momentos en la parrilla de F1. Aunque no se había hecho ningún anuncio oficial antes de la carrera, los rumores sobre su posible salida estaban circulando. El 26 de septiembre, esos rumores se confirmaron, lo que llevó a la promoción de Lawson a un asiento a tiempo completo. En un video publicado en redes sociales, Lawson compartió su emoción por la oportunidad, llamándola un “sueño hecho realidad.”
“Liam aquí, muy emocionado de decir que conduciré el coche de Austin,” dijo Lawson. “Es, obviamente, una gran oportunidad, un sueño hecho realidad para mí.”
Sin embargo, no todos los aficionados compartieron el entusiasmo de Lawson. Las redes sociales se convirtieron rápidamente en un campo de batalla, con muchos desahogando su enojo directamente hacia el piloto neozelandés. Comentarios hirientes inundaron su publicación de anuncio, que iban desde insultos hasta abusos directos. Un usuario comentó duramente: “Cállate, payaso, a nadie le importas,” mientras que otro escribió con ira: “Que te jodan.” Algunos aficionados etiquetaron a Lawson como un “fraude” y otros expresaron su esperanza de que fracasara en su nuevo rol.
La reacción negativa continuó con comentarios como: “Cuando finalmente fracase y Hadjar tome su lugar, yo estaré allí,” y “Orando por su caída.” Estas observaciones destacan la intensidad de las emociones en torno a la salida de Ricciardo y la ira mal dirigida hacia Lawson.
Es crucial que los aficionados reconozcan que Lawson no tuvo nada que ver con la decisión de Red Bull de separarse de Ricciardo. Simplemente aprovechó una oportunidad que se le presentó, como lo haría cualquier piloto. El abuso dirigido a Lawson es injustificado y resalta una tendencia preocupante de comportamiento tóxico entre los aficionados. Tales comentarios pueden afectar gravemente la salud mental de un atleta, y es importante apoyar a los pilotos en estas transiciones en lugar de derribarlos.
Hasta ahora, Lawson no ha respondido públicamente al odio que ha recibido, eligiendo en su lugar concentrarse en su nuevo papel. Los aficionados deben recordar que, aunque puedan estar molestos con la decisión del equipo, dirigir su ira hacia Lawson no es la solución.