En un giro impactante de los acontecimientos, Liam Lawson, de Racing Bulls, defiende con fervor las acciones del equipo durante el Gran Premio de Mónaco, afirmando con firmeza: «No hicimos nada ilegal.» En medio de la controversia que rodea su estrategia, Lawson se mantiene firme en su defensa.
Durante la carrera, Lawson condujo deliberadamente a un ritmo más lento para obstaculizar a otros pilotos, permitiendo estratégicamente que su compañero de equipo Isack Hadjar hiciera dos paradas en boxes cruciales y asegurara una posición en los puntos. Este movimiento suscitó preocupaciones sobre los equipos que manipulan la carrera para beneficiar a pilotos específicos, levantando cejas en todo el paddock.
A pesar de la reacción negativa, Lawson defiende las decisiones de Racing Bulls, enfatizando que operaron dentro de los límites de las reglas. «Tenemos un trabajo que hacer: sumar tantos puntos como podamos y hacer la mejor estrategia posible. No hicimos nada ilegal, y fue una carrera muy positiva de nuestra parte,» afirmó Lawson en respuesta a la crítica.
La naturaleza del circuito de Mónaco jugó un papel significativo en la posibilidad de tales tácticas, con Lawson reconociendo que estrategias similares no serían viables en otros circuitos como Barcelona. Reflexionando sobre su desempeño, Lawson admitió: «Definitivamente no ejecuté todo a la perfección,» destacando la curva de aprendizaje en la Fórmula 1.
A medida que se asienta el polvo sobre la carrera controvertida, las acciones de Racing Bulls continúan dividiendo opiniones dentro de la comunidad del automovilismo. La defensa inquebrantable de Lawson arroja luz sobre las complejidades de la toma de decisiones estratégicas en el mundo de alta presión de la Fórmula 1, donde cada punto cuenta en la búsqueda de la gloria.