En un giro sorprendente de los acontecimientos en el Gran Premio de Mónaco, Oliver Bearman esquiva por poco una penalización, pero el equipo Haas recibe una multa considerable de €5,000 después de que se desarrollara un incidente peligroso antes de la prestigiosa carrera.
Bearman se encontró en problemas cuando fue liberado del garaje en un estado peligroso durante su vuelta de reconocimiento. El joven piloto tenía un soplador de hojas todavía atascado en los sidepods de su coche, una maniobra considerada «insegura» por los oficiales de la carrera.
A pesar de los riesgos potenciales involucrados, Bearman logró escapar sin una penalización deportiva, dejando a Haas enfrentar las consecuencias por infringir el Artículo 34.14 c) de las regulaciones deportivas. El informe de los comisarios detalló la gravedad de la situación, destacando cómo un miembro del equipo de pits tuvo que correr a la pista para quitar el ventilador antes de que Bearman pudiera continuar, poniendo en peligro no solo su seguridad, sino también la de otros pilotos.
El informe de los comisarios afirmaba: «No hay duda de que el equipo no debería haber liberado el coche de esa manera y podría haber tenido un impacto en la seguridad del piloto y de otros pilotos.» En consecuencia, el equipo fue multado con €5,000 por su negligencia, un recordatorio de la importancia crítica de adherirse a los protocolos de seguridad en carreras de alto riesgo como el Gran Premio de Mónaco.
Este incidente sirve como un recordatorio contundente de los finos márgenes dentro de los cuales operan los equipos de Fórmula 1, donde decisiones en fracciones de segundo pueden tener consecuencias de gran alcance en la pista. La seguridad de los pilotos siempre debe ser primordial, y cualquier error de juicio debe ser abordado con acción rápida y decisiva para mantener la integridad y seguridad del deporte.