El reciente cruce entre NASCAR e IndyCar ha tenido un impacto tumultuoso, con el cuatro veces campeón de las 500 Millas de Indianápolis, Helio Castroneves, convirtiéndose en víctima de una serie de accidentes en el Daytona International Speedway. Esta mala fortuna fue recibida con una falta de empatía por parte de los aficionados que se oponían a la Exención Provisional Abierta (OEP) que le permitió participar sin necesidad de clasificar. Roger Penske, propietario de IndyCar y una figura significativa en el mundo de las carreras, enfrentó críticas ya que su piloto estrella fue criticado por competir en las 500 Millas de Daytona sin asegurar su lugar. Como resultado, NASCAR ahora está en posición de adquirir el fabricante de coches de IndyCar, añadiendo otro giro a esta saga.
Por lo que parece, NASCAR alberga a Chevrolet, Ford y Toyota, siendo este último el que se unió a las filas en 2007. La salida de Dodge en 2012 ha dejado un vacío, lo que ha generado discusiones sobre la posibilidad de que un cuarto Fabricante de Equipos Originales (OEM) se una a la alineación. Estas conversaciones han cobrado impulso debido al desafortunado encuentro de Roger Penske con Honda.
La asociación de Honda con IndyCar se remonta a 1994, con el programa de motores de la compañía apoyando a la mitad o más del campo de 27 coches de IndyCar. Sin embargo, los desafíos recientes han arrojado una piedra en sus operaciones. El aumento de los costos de producción de motores V6 biturbo de 2.2 litros y el apoyo a 16-18 inscripciones cada año para las 500 Millas de Indy, junto con la falta de una nueva iniciativa para reducir los significativos costos anuales, han llevado a una presión financiera dentro de Honda. En consecuencia, la serie de Roger Penske puede enfrentar un revés inminente, ya que Honda parece estar lista para salir del juego.
La probabilidad de que Honda no renueve su contrato de suministro de motores más allá de 2026 fue recientemente insinuada por los periodistas de RACER. A pesar de los incansables esfuerzos de Roger Penske y del presidente de IndyCar, Doug Boles, se está volviendo cada vez más evidente que Honda puede estar al borde de la salida.
Añadiendo a la agitación, el equipo Penske enfrentó un escándalo en abril de 2024 con los pilotos Josef Newgarden y Scott McLaughlin penalizados severamente por el uso ilícito del sistema push-to-pass. Esto no hizo nada para mejorar la situación, con el presidente de Honda Racing Corporation (HRC), David Salters, expresando su insatisfacción y el gerente de HRC, Chuck Schifsky, insinuando sobre un posible cambio a NASCAR.
Los fanáticos de NASCAR, que recientemente expresaron su descontento con IndyCar por la participación de Helio Castroneves en el Daytona 500, ahora están intrigados por la posibilidad de que Honda se una a sus filas. Los rumores de discusiones entre NASCAR y Honda han estado circulando durante años, con algunos especulando que el cambio podría ocurrir más pronto que tarde.
Un aumento de nuevos OEM en NASCAR podría requerir expandir el campo de carreras más allá de 36, añadiendo un elemento de emoción al deporte. Sin embargo, tal movimiento también podría llevar a cambios significativos entre los equipos y pilotos existentes.
La anticipación de un cuarto OEM ingresando a NASCAR ha sido un tema de discusión durante un tiempo, con el presidente de NASCAR, Steve Phelps, insinuando la posibilidad de que Honda u otro fabricante de automóviles se una a la mezcla. Sin embargo, desarrollos recientes como el colapso de las conversaciones de fusión entre Nissan y Honda podrían complicar las cosas y abrir oportunidades para otras marcas automotrices.
A pesar de estos posibles obstáculos, la perspectiva de que Honda ingrese a NASCAR parece más probable que nunca. Con las dificultades que Roger Penske está experimentando en IndyCar, un cambio por parte del fabricante japonés podría ser inminente. ¿Acogerá NASCAR a un cuarto OEM en 2026? El mundo de las carreras espera con gran expectación.