¡Los aficionados de la Fórmula 1, abróchense los cinturones! El Gran Premio de la Ciudad de México fue una montaña rusa de emociones, pero para el piloto de Williams, Alex Albon, no fue más que una pesadilla. Después de un fin de semana plagado de decisiones estratégicas lamentables desde el muro de pits, Albon se encontró sumido en la frustración y la desesperación mientras luchaba desde una desalentadora 17ª posición, atrapado por el calor abrasador y una falta de ritmo que lo dejó vulnerable en el traicionero circuito Autódromo Hermanos Rodríguez.
La carrera de Albon comenzó con una elección audaz pero desastrosa de arrancar con neumáticos duros, una decisión que rápidamente se convirtió en un error evidente. A medida que la temperatura aumentaba, el compuesto duro ofrecía poco agarre en comparación con los neumáticos medios más competitivos, convirtiendo a Albon en un blanco fácil para sus rivales más rápidos. A pesar de las esperanzas de un regreso estratégico con un plan de una parada dirigido a neumáticos suaves frescos, la catástrofe llegó cuando la estrategia se desmoronó, dejando a Albon varado y sin puntos que mostrar por sus esfuerzos.
En una explosión de emociones después de la carrera que envió ondas de choque a través del paddock, Albon no se contuvo. «Puedo confirmar que el neumático duro no fue bueno en la carrera», declaró, echando la culpa directamente a la incapacidad del equipo para pivotar y adaptarse. «Una vez que el duro no estaba funcionando, tuvimos la oportunidad de ser dinámicos y cambiar a una estrategia de dos paradas. Pero simplemente estábamos un poco demasiado atrapados en nuestras formas. Cuando te comprometes con algo que no está funcionando, simplemente estás en tierra de nadie. Muy doloroso.»
Si bien reconoce que la decisión de comenzar con neumáticos duros fue colectiva, Albon dejó claro que esperaba más de su equipo. «Cuando estás en esa posición, tienes la oportunidad de ser diferente», insistió. «No tienes que esperar hasta la vuelta 40 o 50 para entrar a boxes. Puedes ir un poco diferente, y eso es todo.» La frustración del piloto era palpable, ya que lamentaba la falta de ritmo que lo ha atormentado durante todo el fin de semana, una experiencia que describió como «la carrera más difícil del año.»
Para agregar insulto a la herida, Albon recibió la orden en la vuelta 51 de intercambiar posiciones con su compañero de equipo Carlos Sainz, un movimiento que criticó con fuerza como «la peor estrategia de todas.» Su desconcierto era evidente mientras luchaba por comprender las órdenes del equipo, lo que llevó a más confusión en la pista y lo dejó sintiéndose completamente desconectado de la dinámica de la carrera en desarrollo.
«Estas han sido un par de carreras en las que hemos estado luchando un poco», reflexionó Albon, pidiendo una reevaluación inmediata de sus estrategias y procesos. Expresó su deseo de entender los problemas subyacentes que afectan su rendimiento, afirmando: «Necesitamos averiguar de dónde viene. Podemos verlo en los datos. Podemos ver los problemas que tengo con el coche.»
Mientras Albon se prepara para la próxima carrera en Brasil, se mantiene esperanzado pero escéptico sobre las futuras estrategias de su equipo. «Simplemente no sabemos por qué el coche está haciendo lo que está haciendo», admitió, revelando la complejidad de los desafíos que tiene por delante. «Pero creo que solo podemos ayudarnos a nosotros mismos y volver a los Q3 y Q2.»
El GP de México no fue solo una carrera para Williams; fue una clara señal de advertencia. Un equipo atrapado en sus costumbres, luchando con errores estratégicos mientras su piloto lucha por la redención. ¿Se levantarán de las cenizas, o continuarán por este camino de mediocridad? Solo el tiempo lo dirá.








