En el panorama automotriz actual, Lancia es una sombra de lo que fue, ofreciendo solo el Ypsilon, un hatchback dolorosamente aburrido. Pero el nombre Lancia alguna vez resonó con triunfos en motorsport e innovaciones pioneras, una marca que moldeó la historia de los rallys y los automóviles de lujo por igual. Y en la cúspide de este legado se encuentra el feroz Lancia Delta S4 Stradale—sin duda, el especial de homologación más salvaje jamás construido.
Fundada en 1906 por el piloto de carreras de Fiat Vincenzo Lancia y Claudio Fogolin, Lancia fue una vez sinónimo de innovación y lujo. La destreza ingenieril de la marca le dio al mundo los primeros motores V4 y V6 de producción, y sus aventuras en motorsport trajeron éxitos legendarios. Sin embargo, el verdadero dominio de Lancia llegó en el mundo de los rallys, donde se convirtió en el fabricante más exitoso en la historia del Campeonato Mundial de Rally (WRC), acumulando 10 títulos de constructores—seis de los cuales fueron consecutivos de 1987 a 1992.
Pero nada encapsula el legado de carreras de Lancia como el Delta S4, la bestia que redefinió los rallys en la década de 1980.
El Nacimiento de un Monstruo: La Respuesta de Lancia al Grupo B
Después de conseguir el título del WRC en 1984 con el Rally 037, Lancia se encontró superada por el Quattro de Audi un año después. La marca, junto a su socio en motorsport Abarth, regresó a la mesa de diseño, creando lo que se convertiría en su máquina de rally más icónica. Conocido internamente como el SE 038, el nuevo proyecto resultó en el Delta S4, un coche construido para aniquilar la competencia en los rallys del Grupo B—una categoría conocida por su monstruosa potencia y diseños extremos.
Mientras que lleva el nombre del hatchback Delta de carretera, el S4 compartía prácticamente nada con su humilde hermano, aparte del parabrisas y algunas características estéticas. La versión de rally era una obra maestra ligera, construida sobre un chasis de marco espacial reforzado con fibra de carbono, envuelta en paneles de carrocería de fibra de vidrio. Tenía un sistema de tracción en las cuatro ruedas recién desarrollado y presentaba un diseño agresivo que la hacía instantáneamente reconocible.
El Stradale: Un coche de rally legal para la calle
Las regulaciones del Grupo B requerían que los fabricantes produjeran 200 versiones legales para la carretera de sus coches de carrera para calificar para la competición. Así llegó el Delta S4 Stradale, una versión apenas domesticada del coche de carreras diseñada para las vías públicas. Construido por el carrocerista Savio, el Stradale conservaba gran parte del carácter del coche de rally, con su diseño de dos puertas, líneas elegantes y una entrada de aire en el techo no funcional. Pero la magia del Delta S4 Stradale no estaba solo en su apariencia—era lo que había debajo de la superficie.
Potencia Bruta: La Bestia Doble Cargada
En el corazón del Delta S4 Stradale había un motor de cuatro cilindros en línea de 1.8 litros, desarrollado por Abarth. Sin embargo, este no era un motor cualquiera. Usando una combinación innovadora de un compresor y un turbocompresor, el pequeño motor entregaba una potencia asombrosa. El compresor proporcionaba un par instantáneo en bajas revoluciones, mientras que el turbo entraba en acción a RPM más altas, creando una ola de aceleración continua.
En su versión de rally, el motor producía hasta 1,000 caballos de fuerza durante las pruebas. Sin embargo, para el Stradale homologado para la calle, se redujo a unos más manejables 250 caballos de fuerza para cumplir con las normas de emisiones. A pesar de esta «restricción», el Stradale aún podía alcanzar las 62 mph en solo seis segundos y tenía una velocidad máxima de 140 mph—números impresionantes para un coche de carretera en los años 80.
Rendimiento de Rally en Carreteras Públicas
Conducir el Delta S4 Stradale no era solo un típico paseo dominical—era una experiencia llena de adrenalina. Equipado con un sistema de tracción a las cuatro ruedas de tiempo completo, que incluía diferenciales de deslizamiento limitado ZF y un acoplamiento viscosa central, el Stradale entregaba el 70% de su potencia a las ruedas traseras, haciéndolo sentir como un coche de rally. Con un peso de poco más de 2,600 libras, el Stradale manejaba como si estuviera pegado a la carretera, ofreciendo una respuesta extremadamente aguda y una emoción cruda.
Aunque las cifras de rendimiento no eran impresionantes según los estándares de hoy, la experiencia detrás del volante era inolvidable. El peso relativamente bajo del coche y su suspensión ajustada con precisión le permitían tomar curvas con la misma ferocidad que su hermano de rally.
Rareza y Legado
Entre 1985 y 1986, solo se construyeron 200 Stradales, la mayoría de los cuales estaban pintados de rojo, aunque algunos se terminaron en negro, blanco, plata y verde. Estas ediciones especiales de homologación de producción limitada tenían un precio cinco veces superior al de la gama estándar Delta, lo que las convertía en uno de los Lancias más caros jamás vendidos al público.
Hoy, el Delta S4 Stradale es una pieza muy codiciada de la historia automotriz. Ejemplares en estado prístino rara vez aparecen en subastas, pero cuando lo hacen, alcanzan precios de siete cifras. El Delta S4, con su potencia desenfrenada, ingeniería de vanguardia y pedigree de rally, se erige como un testimonio de una era pasada del automovilismo donde la velocidad, el peligro y la innovación reinaban supremamente.
Para aquellos que quieren revivir los días de gloria del rally, el Delta S4 Stradale sigue siendo uno de los coleccionables definitivos. No es solo un coche, es un recordatorio de cuando los fabricantes no se detenían ante nada para dominar la tierra y el asfalto.
Conclusión: El Más Salvaje de Todos
El Delta S4 Stradale de Lancia no fue solo otra edición de homologación; fue la encarnación de la edad dorada del Grupo B. Con su diseño radical, tren motriz insano y ADN de rally, se erige como una de las máquinas más icónicas y emocionantes que jamás hayan recorrido las vías públicas. En pocas palabras, ya no hacen coches como ese.