Con apenas 18 años, Connor Zilisch no es solo otro joven prospecto—es un futuro revolucionario en el deporte. Después de impactar al mundo de NASCAR con una victoria dominante en su debut en la Xfinity Series en Watkins Glen, la estrella en ascenso está lista para asumir un puesto a tiempo completo con JR Motorsports en 2025. Pero aunque su talento es innegable, una lucha de poder en ciernes entre Trackhouse Racing y Hendrick Motorsports está convirtiendo su futuro en una de las batallas más intrigantes tras bambalinas de NASCAR.
Trackhouse, el equipo que descubrió y cultivó a Zilisch, no tiene su propio programa de desarrollo de categoría inferior—por lo que lo prestaron a JR Motorsports de Dale Earnhardt Jr. para su carrera en Xfinity. Suena simple, ¿verdad? Incorrecto. Porque JRM está fuertemente entrelazado con el imperio de Rick Hendrick, y el CEO de Trackhouse Justin Marks no está dispuesto a permitir que Hendrick ponga sus garras en su joven estrella.
Con las tensiones en aumento, Trackhouse está tomando medidas extraordinarias para mantener a Zilisch bajo su ala. Pero, ¿es esto una gestión inteligente del equipo—o una señal de paranoia?
La Batalla por el Control: Trackhouse Trazando una Línea en la Arena
Durante años, JR Motorsports y Hendrick Motorsports han operado como una extensión el uno del otro. JRM ha dependido de motores, chasis y soporte técnico de HMS desde que fusionó las operaciones de la Busch Series con Hendrick en 2008. Esa conexión ha convertido a JRM en un semillero de futuras superestrellas de HMS, incluyendo a Chase Elliott, William Byron y Alex Bowman.
Así que, cuando Trackhouse prestó a Connor Zilisch a JRM, hubo una preocupación inmediata—¿intentarían los de Hendrick reclamarlo como suyo?
Según el insider de NASCAR Bozi Tatarevic, Trackhouse se está asegurando de que eso no suceda.
“Parece que @ConnorZilisch tendrá un equipo de pits de @TeamTrackhouse para su No. 88 en @JRMotorsports, lo cual tiene sentido ya que Trackhouse probablemente quiere poder controlar tantas variables como sea posible, lo que no podrían hacer si tuviera un equipo de HMS como los otros autos de JRM.”
En otras palabras, Marks está manteniendo a Hendrick a distancia. En lugar de permitir que el equipo de pits de Zilisch esté compuesto por personal de HMS—como todos los demás autos de JRM—Trackhouse está trayendo su propio equipo, sacado directamente del equipo de la Copa No. 99 de Daniel Suárez.
¿Por qué? Simple. Si HMS controlara al equipo de pits, tendrían acceso directo a los datos de rendimiento de Zilisch, estrategias del día de la carrera y oportunidades para construir química con personal clave. Al colocar a su propio personal de Trackhouse en el campo de batalla, Marks se asegura de que Hendrick no tenga un pase libre para preparar a Zilisch para un futuro puesto en HMS.
¿Un movimiento inteligente o una señal de paranoia?
El movimiento de Trackhouse ha generado debates acalorados en el garaje de NASCAR. Algunos dicen que este es un movimiento estratégico brillante—Trackhouse descubrió a Zilisch, lo ha respaldado desde el principio y tiene todo el derecho de controlar su desarrollo.
Pero otros creen que este nivel de micromanagement es excesivo. Después de todo, Dale Jr. está dirigiendo el equipo—no Rick Hendrick. Y aunque JRM tiene un vínculo incuestionable con HMS, no hay indicación pública de que Hendrick tenga planes de robar a Zilisch.
Sin embargo, el miedo es comprensible. HMS tiene un historial de asegurar talento de primer nivel temprano y de establecer un camino claro hacia la dominación en la Copa. Chase Elliott y William Byron fueron ambos nutridos a través de JRM antes de pasar a los coches de la Copa de calibre campeón de Hendrick.
Zilisch, por otro lado, ya tiene un futuro en la Cup con Trackhouse—está programado para debutar en el Chevrolet No. 87 en el Circuito de las Américas en 2025. Con eso en mente, Marks y Trackhouse quieren cero interferencia de externos.
Tatarevic explicó aún más el razonamiento de Trackhouse:
“Los proveedores de equipos de pits pueden elegir a quién asignan a sus equipos arrendados, por lo que Trackhouse estaría a merced de las rotaciones que HMS estableciera si el 88 usara un equipo de HMS. De esta manera, Trackhouse puede decidir quién realiza las paradas para Zilisch.”
Esto no se trata solo de paradas en pits—se trata de Trackhouse manteniendo el control total sobre el camino de Zilisch hacia la Cup.
La Gran Imagen: ¿Una Rivalidad Creciente Entre Trackhouse y HMS?
Si bien esta situación específica gira en torno a Zilisch, podría señalar un cambio de poder más grande dentro de NASCAR.
- Trackhouse Racing se ha convertido rápidamente en un jugador importante, pasando de ser un equipo nuevo a un contendiente legítimo en solo unos pocos años.
- Hendrick Motorsports sigue siendo el estándar de oro en las carreras de coches de serie, y su alcance en NASCAR es casi inigualable.
- Con Trackhouse bloqueando activamente el acceso de Hendrick a Zilisch, ¿es este el inicio de una nueva rivalidad entre la vieja guardia y la potencia emergente?
Al excluir a HMS del desarrollo de Zilisch, Trackhouse está enviando un mensaje claro: este es nuestro piloto, nuestro futuro, y no vamos a permitir que la máquina de Hendrick dicte las condiciones.
¿Pero esta audaz postura podría salir mal?
Reflexiones Finales: ¿Está Trackhouse Protegiendo a Zilisch o Sobreactuando?
Con la campaña de Xfinity a tiempo completo de Connor Zilisch a punto de comenzar, todos los ojos estarán puestos en cómo se desarrolla esta dinámica de control del equipo.
- ¿Le dará la decisión de Trackhouse de tener su propio equipo de pits a Zilisch una mejor oportunidad de éxito?
- ¿O la falta del habitual apoyo de HMS de JRM creará obstáculos inesperados?
- Y lo más importante: ¿podrá Trackhouse mantener a su joven prodigio cuando las inevitables ofertas de la Cup lleguen?
Una cosa es segura—Trackhouse no está dejando nada al azar. En un deporte donde las alianzas y la política moldean carreras, Justin Marks está adoptando una postura agresiva para proteger a su estrella en ascenso.
La pregunta ahora es—¿valdrá la pena?