Cuando Chase Briscoe se sentó por primera vez a almorzar con James Small, pensó que solo estaba conociendo a su nuevo jefe de equipo. Lo que no se dio cuenta fue que estaba a punto de embarcarse en una transformación de estilo de vida completa, una que alteraría sus hábitos alimenticios, su régimen de ejercicio y posiblemente la trayectoria de su carrera en NASCAR.
Briscoe, quien fue anunciado el junio pasado como el piloto del Toyota No. 19 para Joe Gibbs Racing, rápidamente aprendió que trabajar con Small no solo se trataba de mejorar su habilidad en las carreras, sino de mejorar todo. Desde esa primera comida, Small dejó claro que el cambio estaba en camino.
¿Comida frita? Olvídalo. Small Demandó Compromiso Total.
“Fue una de las primeras conversaciones”, recordó Briscoe durante el Día de Medios de Daytona 500. “James y yo fuimos a almorzar, y él pidió este tazón súper saludable, y yo pedí estas cosas fritas. Él dijo: ‘Eso va a cambiar.’”
Briscoe, un tipo de la vieja escuela que come lo que hay en el menú, admitió que antes de unirse a Small, nunca tocó frutas o verduras, evitaba los entrenamientos y vivía de comida frita. Pero Small, un fanático del fitness, no lo permitiría.
“James está muy metido en el fitness; él y su esposa son fanáticos”, dijo Briscoe. “Quería saber mi enfoque al respecto, y cuando le dije: ‘Como toda comida frita y no hago ejercicio’, él dijo: ‘Bueno, necesitamos cambiar eso. Quiero que estés 100% en el auto de carreras en todo momento, y si yo estoy poniendo el 100% de mi parte, quiero saber que tú también estás 100% comprometido.’”
El mensaje era claro: Small no solo estaba construyendo un auto de carreras rápido; estaba formando un conductor más fuerte y disciplinado.
¿La arma secreta? La esposa de un jefe de equipo convertida en entrenadora
Entra Kat Sims, la esposa de Small, quien inmediatamente asumió el papel de entrenadora personal y nutricionista de Briscoe. De repente, saltarse los entrenamientos o comer comida chatarra no era una opción.
“Ha sido bueno para mí, la verdad, que su esposa lo haga, porque me hace ser mucho más responsable,” admitió Briscoe. “Si no lo hago, James instantáneamente lo sabe.”
No había lugar para atajos: nada de esconderse detrás de vagos “programas de equipo” o entrenamientos opcionales. Bajo la estricta guía de Sims, Briscoe vio resultados casi de inmediato, perdiendo casi 10 libras en las primeras semanas.
“Estaría mintiendo si dijera que fui perfecto en esto,” admitió Briscoe. “Lo hice muy bien durante tres o cuatro semanas y perdí casi 10 libras, luego llegué a un estancamiento. Pero de ahí proviene: esta es una parte tan importante de la vida de James que quería que yo fuera igual.”
De régimen de fitness a clasificador más rápido: el avance de Briscoe en Daytona
Los resultados del compromiso de Briscoe fueron innegables. El miércoles por la noche, él y Small hicieron una declaración: asegurando la pole del Daytona 500, un primer logro para Briscoe, Small y Toyota. Aún más notable, marcó la primera pole de Joe Gibbs Racing en la Gran Carrera Americana desde 1998.
Lo que comenzó como una simple comida ha evolucionado en un cambio que define la carrera de Briscoe. Ya no es solo un conductor talentoso con potencial; ahora es un competidor de élite, totalmente comprometido con su oficio, tanto dentro como fuera del auto.
Y si su posición en la pole récord es alguna indicación, esa inversión ya está dando frutos de manera significativa.