El ex campeón de Fórmula 1 Nico Rosberg ha hecho revelaciones impactantes sobre sus medidas extremas para combatir el intenso calor dentro de un coche de F1. Durante una reciente entrevista en el Gran Premio de España, Rosberg reveló que una vez tomó una pastilla antes de una carrera para medir su temperatura interna, la cual se disparó a peligrosos 41 grados Celsius, acercándose a niveles que podrían llevar a la hospitalización.
El ícono alemán de las carreras enfatizó las duras condiciones que enfrentan los pilotos dentro de la cabina, donde las temperaturas pueden alcanzar los abrasadores 50 grados Celsius debido al asfalto ardiente. Rosberg destacó la importancia de los chalecos de refrigeración, una innovación reciente que ha mejorado significativamente la capacidad de los pilotos para soportar el intenso calor durante las carreras.
En respuesta a las extremas condiciones que enfrentan los pilotos, la F1 introdujo una nueva regla esta temporada que permite la declaración de un ‘peligro por calor’ si las temperaturas superan los 31 grados Celsius. Esta regulación obliga a los equipos a instalar sistemas de refrigeración para los pilotos en sus coches para prevenir problemas de salud relacionados con el calor entre los pilotos.
La franca admisión de Rosberg arroja luz sobre los desafíos físicos y mentales que los pilotos de F1 soportan durante las carreras, empujando los límites de la resistencia humana en busca de la victoria. Sus perspectivas ofrecen un vistazo al mundo de alto riesgo de la Fórmula 1, donde los competidores luchan no solo entre sí, sino también contra los implacables elementos en la pista.