La guerra de desarrollo de la Fórmula 1 ha tomado un giro dramático, pasando de la progresión lineal de temporadas pasadas a una batalla más incierta y titubeante. Antes, los equipos podían añadir carga aerodinámica casi sin límites bajo las regulaciones anteriores, pero los equipos de hoy enfrentan limitaciones que hacen que el progreso constante sea esquivo. Mientras los tiempos por vuelta continúan mejorando, el camino hacia el éxito se ha vuelto más complicado, con menos actualizaciones importantes que ofrecen resultados consistentes.
Dominio de McLaren y Declive de Red Bull
McLaren ha surgido como el equipo más consistente y competitivo en la parrilla, en gran parte debido a una serie de actualizaciones importantes introducidas en los últimos 18 meses. Estas actualizaciones, incluidas las de Azerbaiyán, Austria y Singapur el año pasado, así como las de Miami este año, han consolidado el estatus de McLaren como el equipo a vencer. El resultado es el paquete más fuerte en todos los aspectos, capaz de ofrecer resultados en una amplia variedad de circuitos.
Sin embargo, no todos los equipos han tenido tanto éxito. Red Bull, la fuerza dominante del año pasado, ha tropezado, enfrentando problemas de correlación entre simulación y pista que han obstaculizado su desarrollo. Ferrari, también, ha tenido dificultades, con su actualización del suelo del Gran Premio de España causando problemas de porpoising. Equipos de todo el campo han encontrado problemas similares, con trayectorias de desarrollo que o no logran traducirse en rendimiento en pista o introducen nuevos desafíos.
¿Por qué las dificultades?
Las regulaciones actuales de la F1 se centran en mantener los coches lo más bajos y rígidos posible para generar la máxima carga aerodinámica. Aunque producir carga aerodinámica a alturas de conducción bajas es técnicamente sencillo, el desafío radica en evitar que el suelo toque el suelo. Esto se vuelve difícil de simular con precisión, ya que cuanto más cerca está el coche de la superficie de la pista, más aumenta exponencialmente la carga aerodinámica, lo que hace que el riesgo de tocar fondo o de porpoising sea más severo.
El porpoising, un término con el que muchos aficionados a la F1 se familiarizaron en 2022, ocurre cuando el flujo de aire debajo del coche se estanca, causando que el coche suba y baje repetidamente. Gestionar este fenómeno aerodinámico es uno de los principales obstáculos que enfrentan los equipos. El delicado equilibrio entre generar suficiente carga aerodinámica sin causar inestabilidad ha hecho que estos coches sean más difíciles de perfeccionar que las generaciones anteriores.
Otro desafío radica en mantener una plataforma mecánica estable. A bajas velocidades, el coche naturalmente se eleva debido a la reducción de la carga aerodinámica, lo que significa que los equipos necesitan diseñar sistemas que mantengan el coche bajo a todas las velocidades sin comprometer su rendimiento a altas velocidades. El director técnico de Mercedes, James Allison, ha señalado que esto ha creado una relación mucho más íntima entre el rendimiento mecánico y aerodinámico del coche, lo que hace que sea más difícil diseñar únicamente en función de la aerodinámica como los equipos podían hacer en el pasado.
Desafíos de Flexibilidad y Consistencia
Los equipos también luchan por asegurar que sus paquetes aerodinámicos funcionen en una amplia gama de velocidades y condiciones. Un problema clave ha sido generar suficiente carga aerodinámica en la parte delantera sin desestabilizar el coche a velocidades más altas. Esto requiere un diseño de alerón delantero flexible para gestionar la carga y el equilibrio, una tarea difícil dadas las restricciones actuales. La simplificación de la carrocería y la eliminación de los bargeboards complejos han hecho que los coches sean más sensibles al guiñada, o a tomar curvas en un ángulo, complicando aún más las cosas.
La percepción de Fernando Alonso sobre la experiencia de conducción revela cuán delicados son estos coches. Explica que a veces conducir al 90% produce mejores resultados que esforzarse al 100%, ya que ir demasiado fuerte puede alterar el equilibrio del coche y llevar a tiempos de vuelta más lentos. Esto sugiere que los coches actuales son más propensos a perder rendimiento en el límite, un problema que los equipos aún están tratando de resolver.
Limitaciones Externas: Pruebas, Límite de Costos y Neumáticos
Más allá de las complejidades inherentes al diseño del coche, otros factores externos agravan las dificultades que enfrentan los equipos. Las restricciones de pruebas aerodinámicas (ATR) limitan la cantidad de tiempo en túneles de viento y CFD que tienen los equipos, siendo los equipos de mejor rendimiento en la clasificación de constructores los que reciben menos tiempo para desarrollar sus coches. Por ejemplo, mientras Aston Martin utiliza el túnel de viento de Mercedes, el equipo ha quedado muy atrás de su socio, demostrando que tener las mismas instalaciones no siempre se traduce en éxito.
Las pruebas en pista también están severamente limitadas, con los fines de semana de carrera ofreciendo solo una sesión de práctica, lo que dificulta evaluar y optimizar las nuevas piezas. Incluso durante eventos que no son de carrera, como las pruebas de neumáticos, los equipos están sujetos a regulaciones estrictas que les impiden llevar a cabo sus propios programas de desarrollo.
Luego está el límite de gasto, que restringe el gasto a alrededor de $135 millones, lo que limita aún más la tasa de desarrollo. Los equipos no pueden fabricar tantas nuevas piezas ni contratar personal adicional para acelerar su progreso, lo que les obliga a ser más selectivos en sus actualizaciones.
Finalmente, los neumáticos de Pirelli siguen siendo un factor impredecible. Conductores como George Russell describen la optimización del rendimiento de los neumáticos como “magia negra”, dada la amplia variabilidad en la adherencia según las condiciones y la preparación. Incluso pequeños cambios en el rendimiento de los neumáticos pueden tener un impacto dramático en los tiempos por vuelta, lo que hace aún más difícil evaluar la verdadera efectividad de los esfuerzos de desarrollo de un equipo.
La Complejidad del Desarrollo en la F1 Moderna
El resultado es una carrera de desarrollo que es más compleja, incierta y propensa a contratiempos que nunca. La combinación de regulaciones restrictivas, efectos aerodinámicos impredecibles y factores externos como el límite de gasto y las limitaciones en las pruebas ha dificultado que los equipos logren un progreso consistente. Como resultado, los fines de semana son ahora más impredecibles, con pequeñas ganancias o pérdidas de rendimiento que pueden cambiar drásticamente la posición competitiva de un equipo.
La temporada 2024 es un testimonio de cómo ha evolucionado la guerra de desarrollo de la F1. Los equipos ahora deben navegar por un campo minado de desafíos técnicos, todo mientras se mantienen dentro de estrictas limitaciones financieras y regulatorias. Aquellos que puedan dominar este complejo panorama, como McLaren, ascenderán a la cima, mientras que otros, como Red Bull y Ferrari, luchan por mantenerse al día.