Título: La explosiva reacción de Fernando Alonso sobre el Ferrari ‘inseguro’ de Lewis Hamilton desata la indignación en el escándalo del GP de Singapur
En un giro sensacional en el Gran Premio de Fórmula 1 de Singapur 2025, Fernando Alonso desató una explosiva diatriba, condenando tanto a Lewis Hamilton como a la FIA tras presenciar a Hamilton navegar la carrera con un Ferrari peligrosamente averiado. La furiosa reacción del veterano piloto ha encendido una tormenta de controversia, cautivando a aficionados y analistas por igual.
A medida que la carrera de alta octanaje se desarrollaba bajo las deslumbrantes luces de Marina Bay, Alonso se vio envuelto en una feroz batalla, terminando finalmente en octavo lugar, a escasa distancia de Hamilton, cuyo SF-25 iba cojeando debido a graves problemas de frenos en las últimas vueltas. La tensión estalló cuando Alonso, tratando desesperadamente de arrebatar una posición al campeón mundial siete veces, fue testigo de cómo el coche de Hamilton se bloqueaba repetidamente y se salía de la pista.
En el momento en que cayó la bandera a cuadros, Alonso explotó por la radio, exclamando: “Oh, maldito infierno, hombre. No puedo creerlo. Sí, él lo sabía. No puedo malditamente creerlo.” Su incredulidad era palpable mientras cuestionaba la seguridad de la condición de Hamilton, exigiendo: “¿Es seguro conducir sin frenos? Oh, él debería…”
A pesar de los intentos de su ingeniero por calmarlo—recordándole a Alonso los límites de la pista y la importancia de su final en P8—el español seguía enfurecido. “Sí, pero esto debería ser malditamente P7,” continuó, furioso por la conducción imprudente de Hamilton. “No puedes conducir así. Sin respeto por la bandera roja de ayer, hoy, pista libre para ellos. Quizás demasiado.”
Después de la carrera, los comentarios de Alonso tomaron un tono más reflexivo. “Para mí, no se puede conducir cuando el coche es inseguro. A veces intentan descalificarme sin espejo, ¿y ahora no tienes frenos y todo está bien? Lo dudo”, afirmó, destacando su frustración por los dobles estándares percibidos en las regulaciones de la F1.
El drama no terminó ahí. El destino de Hamilton tras la carrera dio un giro hacia lo peor cuando recibió una penalización de cinco segundos por cortar esquinas repetidamente mientras manejaba su falla de frenos, lo que elevó a Alonso al séptimo lugar en la clasificación final. Priorizando un final en puntos, Ferrari optó por mantener a Hamilton en la pista a pesar del evidente riesgo.
Este incidente ha reavivado un acalorado debate sobre la seguridad en la Fórmula 1, enfrentando la necesidad de la resiliencia del piloto contra los imperativos de la seguridad. Si bien no es raro que los pilotos continúen con coches dañados—el propio Hamilton logró una victoria famosa en el GP de Gran Bretaña de 2020 con tres neumáticos—las vehementes protestas de Alonso sugieren que competir sin frenos funcionales cruza una línea peligrosa.
A pesar de la controversia, el desempeño de Alonso fue encomiable, mostrando su tenacidad al regresar a los puntos después de una parada en boxes lenta. Sin embargo, sus comentarios posteriores a la carrera revelan una preocupación más profunda que trasciende la mera competitividad. Para un piloto conocido por su precisión y acumen táctico, ver a Hamilton terminar adelante en circunstancias cuestionables fue, sin duda, una amarga píldora que tragar.
A medida que Alonso aseguraba la séptima posición tras la penalización de Hamilton, su feroz enojo indica que el debate sobre la conducta de Hamilton en la parte final de la carrera está lejos de resolverse. Con el foco ahora firmemente puesto en la integridad del deporte, tanto los aficionados como los analistas se preguntan: ¿cuándo el impulso por la victoria eclipsa los principios fundamentales de seguridad en la Fórmula 1?