La Federación Internacional del Automóvil (FIA) está bajo fuego por acusaciones de aplicación inconsistente de las reglas relacionadas con la penalización de corredores de Fórmula 1 como Max Verstappen por el uso de profanity durante las carreras y las conferencias de prensa. Críticos, incluidos Brandon Sutton y Ewan Gale del Total Motorsport F1 Show, han expresado preocupaciones sobre la implementación de estas penalizaciones, particularmente para los pilotos cuya fluidez en inglés – el idioma universal del automovilismo – es limitada.
Esta crítica sigue a una reciente demanda de los pilotos del Campeonato Mundial de Rally (WRC) para una reunión con el presidente de la FIA, Mohammed Ben Sulayem. Los pilotos desean discutir la controvertida y polémica prohibición sobre el uso de profanity por parte de los pilotos después de que Adrian Fourmaux enfrentara penalizaciones durante el evento Rally Suecia de este mes.
Recordemos el año pasado cuando Verstappen, el piloto de Red Bull y campeón mundial de F1 2024, usó un lenguaje explícito en una conferencia de prensa, un acto que resultó en una multa considerable de £33,000. La FIA también exigió que Verstappen realizara ‘servicio comunitario’. Esta medida punitiva fue recibida con críticas por parte de los colegas de Verstappen, como se detalla en un comunicado emitido por la Asociación de Pilotos de Gran Premio (GDPA).
Mientras que Gale concede que hay diferencias notables entre el uso de profanity durante las carreras y las conferencias de prensa, y entre los pilotos de WRC y F1, le resulta difícil comprender la prohibición del uso de profanity a través de las radios del equipo. Argumenta que estas son conversaciones privadas entre el piloto y el ingeniero de carrera y pueden ser editadas para su transmisión.
Disciplinar a los pilotos por usar lenguaje explícito durante las conferencias de prensa, donde no existe presión, es más comprensible, según Gale. Los pilotos tienen tiempo suficiente para elegir cuidadosamente sus palabras durante estas sesiones. Sin embargo, Gale sintió que la inconsistencia de la FIA en la implementación de esta regla fue evidente cuando Charles Leclerc no enfrentó repercusiones por usar lenguaje explícito durante una conferencia de prensa solo semanas después del incidente de Verstappen.
El entusiasta de la F1, Sutton, hizo eco de los sentimientos de Gale y llevó la discusión un paso más allá, sugiriendo que la política vaga de la FIA podría castigar injustamente a los pilotos que no hablan inglés. Cree que, si bien Verstappen merecía la multa por su lenguaje durante la conferencia de prensa, la imposición de tales reglas durante las carreras es irrazonable.
Sutton hizo referencia al caso de Yuki Tsunoda, un piloto que no habla inglés y que aprendió inglés de sus colegas en el garaje. Sutton argumenta que Tsunoda, quien adquirió el idioma y sus matices, incluyendo la profanidad, de sus mecánicos, no debería ser penalizado por su uso natural del idioma.
Gale coincidió con Sutton, enfatizando que la incapacidad de expresarse en inglés no debería poner a pilotos como Tsunoda en desventaja. La regulación actual, según Gale, es inherentemente injusta.
En conclusión, el intento de la FIA de restringir la profanidad en la industria del automovilismo está enfrentando severas críticas por inconsistencias percibidas y un posible sesgo en contra de los pilotos que no hablan inglés. A menos que la FIA aborde estas preocupaciones, es probable que la controversia continúe. La verdadera pregunta ahora es cómo responderá la FIA.