El próximo Gran Premio de España en Fórmula 1 se perfila como un campo de batalla de nuevas reglas y controles más estrictos sobre alas flexibles, ya que la FIA intensifica la lucha contra el posible engaño en el deporte.
Los equipos han estado explotando una zona gris en las regulaciones al utilizar elementos aerodinámicos flexibles para obtener una ventaja injusta en la pista. Esta práctica, que se sospecha beneficia notablemente a equipos como McLaren, ha provocado la indignación entre competidores como Red Bull y Ferrari.
En respuesta a estas preocupaciones, la FIA implementará pruebas y reglas más estrictas a partir de esta carrera en España. El objetivo es frenar la flexibilidad excesiva en los componentes aerodinámicos, que han estado doblándose a altas velocidades para reducir la resistencia en las rectas y aumentar la carga aerodinámica en las curvas.
Al reducir los niveles de tolerancia en las pruebas, la FIA espera eliminar cualquier ambigüedad en las reglas. Los límites de deflexión máxima se han reducido, con disminuciones significativas en la flexibilidad permitida tanto simétricamente como asimétricamente.
Inicialmente reacia a hacer cambios, la FIA cambió su postura tras monitorear de cerca los coches en la pista. El objetivo final es erradicar el uso de alas que puedan explotar vacíos en las regulaciones bajo condiciones dinámicas.
El impacto inmediato de estos cambios sigue siendo incierto, pero se espera que sacuda el rendimiento de varios equipos. La mayor rigidez de las alas podría alterar el equilibrio aerodinámico de los coches y afectar directamente la gestión de neumáticos, un factor crítico en el rendimiento general de la carrera.
Este fin de semana será crucial para determinar si habrá cambios en la dinámica de poder en la parrilla y si la controversia en torno a las alas flexibles finalmente llegará a un punto culminante.