Lewis Hamilton, el siete veces campeón del mundo, enfrentó un día tumultuoso en el Gran Premio de Hungría, un circuito donde ha destacado en el pasado. El piloto británico expresó su profunda frustración con el equilibrio errático de su coche, calificándolo como una «gran lucha».
A pesar de su dominio en el recinto húngaro con ocho victorias a su nombre, Hamilton se encontró en un territorio desconocido mientras lidiaba con desafíos sin precedentes en la pista. Los problemas relacionados con el equilibrio de su coche Mercedes lo atormentaron durante todo el día, causando importantes retrocesos en su rendimiento.
Las penas de Hamilton fueron evidentes mientras quedaba atrás de sus competidores, terminando sexto en las hojas de tiempos durante la segunda sesión de práctica. La diferencia entre él y el líder, Lando Norris, fue de un considerable siete décimas de segundo, destacando aún más la magnitud de sus luchas.
El experimentado piloto destacó la inconsistencia en el comportamiento de su coche, señalando que el equilibrio variaba drásticamente de una curva a otra. Esta falta de estabilidad obstaculizó la capacidad de Hamilton para llevar el coche a sus límites, reflejando la magnitud de los obstáculos que enfrentaba.
A pesar de los esfuerzos por rectificar los problemas de equilibrio probando diferentes configuraciones, Hamilton y su equipo no pudieron encontrar una solución satisfactoria. El británico insinuó una posible correlación entre el problema y las temperaturas de los neumáticos, indicando la necesidad de una investigación adicional antes de las próximas sesiones.
A medida que Hamilton lidia con las complejidades del rendimiento de su coche, todos los ojos estarán puestos en él y su equipo mientras trabajan incansablemente para abordar los problemas subyacentes antes del día de la carrera. ¿Superará el poderoso Mercedes estos desafíos y recuperará su dominio en la pista? Solo el tiempo lo dirá.