Los aficionados de la Fórmula 1 se quedaron al borde de sus asientos mientras la muy esperada carrera sprint del Gran Premio de Miami enfrentaba un dramático retraso debido a las peligrosas condiciones húmedas. Una repentina lluvia empapó la pista de Miami justo 90 minutos antes de que la carrera estuviera programada para comenzar, convirtiéndose en un diluvio que creó caos en el circuito.
Las desafiantes condiciones resultaron ser demasiado para Charles Leclerc de Ferrari, quien perdió el control de su coche en la pista anegada, estrellándose contra las barreras tras aquaplanear. A medida que la lluvia se intensificaba, los pilotos expresaron su preocupación por la seguridad de competir en un clima tan extremo.
El líder del campeonato de McLaren, Oscar Piastri, no se anduvo con rodeos, describiendo las condiciones como las peores que había encontrado en su carrera. La tensión aumentó mientras la FIA intentaba salvar la situación enviando el coche de seguridad para una vuelta de formación y evaluar la pista.
Sin embargo, las quejas de los pilotos persistieron, lo que llevó a los oficiales a tomar la difícil decisión de mostrar la bandera roja para el procedimiento de inicio. Los coches se vieron obligados a regresar a los pits mientras las esperanzas de una mejora en el clima persistían. Afortunadamente, la lluvia finalmente cesó y el sol apareció para ayudar a secar la pista.
Se anunció un nuevo horario de inicio a las 12:28 p.m. hora local, permitiendo a los aficionados y equipos recalibrar sus expectativas para la emocionante carrera sprint. A pesar del retraso, las regulaciones de la F1 estipulan una ventana de 90 minutos para la finalización de la carrera sprint, asegurando que haya tiempo suficiente para el evento antes de la clasificación para el Gran Premio más tarde en el día.