Al mirar hacia el comienzo de la temporada de MotoGP de 2024, es tentador criticar la decisión de Marco Bezzecchi de unirse al equipo VR46 de Valentino Rossi en lugar de aceptar un contrato con la fábrica de Ducati. Sin embargo, sería injusto juzgar esa decisión basándose en el resultado de la temporada. La elección de Bezzecchi de quedarse con su mentor y pilotar una moto de un año atrás fue controvertida, pero no irracional. Él presenció el éxito de una Ducati de un año en manos de su equipo de VR46 y creyó que comenzar la temporada en una moto más desarrollada sería beneficioso para él a largo plazo. También sabía que su objetivo final era asegurar un asiento en la fábrica en 2025, por lo que quería evitar cualquier contratiempo potencial que pudiera surgir al adaptarse a un nuevo equipo y moto durante las negociaciones de contrato. Aunque esta decisión no estuvo exenta de problemas, fue un riesgo calculado, como muchas decisiones en este deporte lo son.
Sin embargo, el problema radica en que la apuesta de Bezzecchi aún no ha dado resultado. Después de tres pruebas y una ronda de MotoGP con la Ducati Desmosedici de 2023, Bezzecchi se dio cuenta de que algo no está bien. El carácter del motor de la moto es diferente a lo que él estaba acostumbrado, causando dificultades en la frenada y en la curva. Tuvo dificultades especialmente en Sepang, pero creía haber progresado durante las pruebas de pretemporada en Qatar, solo para enfrentar la decepción en la apertura de la temporada. El problema parece estar relacionado con la frenada del motor, lo que recuerda a Bezzecchi las dificultades de Enea Bastianini con la misma moto el año pasado. Bastianini ha mejorado desde entonces, gracias a su recuperación de lesiones y a su mejor comprensión de la GP24. Mientras tanto, Bezzecchi se ve como el punto fuera de la curva entre los pilotos de Ducati en Qatar.
During a qualifying session, Bezzecchi was surpassed by his Desmosedici teammates, despite receiving a slipstream from another rider. He ended up in 15th place and his performance on Saturday was a disappointment. In the warm-up session on Sunday, he briefly showed some improvement, but this was overshadowed by his difficulties in the race. Front wheel locking issues affected his entry speed into corners and caused inconsistent speed. This also led to excessive wear on the rear tire, forcing him to switch to a more conservative engine map halfway through the race. Bezzecchi acknowledges that his peers in GP24 and even his teammate, Fabio Di Giannantonio, are faster than him. He lacks confidence in the front end of the bike, which affects his braking and turning ability, leading to a loss of speed in corners and early tire wear. Despite these challenges, Bezzecchi is working hard to improve and remains determined.
There is no doubt that Bezzecchi will have his moments in the 2024 season, just as Bastianini did in 2023, despite facing injuries. However, if the goal of continuity in 2024 was to lay the groundwork for a successful season in 2025, it is clear that this strategy is currently failing. While Bezzecchi’s decision to join VR46 instead of Pramac may not have been an unnecessary mistake, it can be seen as a mistake in hindsight, which is what really matters in this situation.
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Dramatic events occurred during the football match between Brazil and Argentina last night. The game, which took place at the Maracanã Stadium in Rio de Janeiro, was interrupted after health officials invaded the field to remove four Argentine players who had allegedly violated Brazil’s quarantine rules.
La confusión comenzó cuando las autoridades brasileñas recibieron información de que cuatro jugadores argentinos – Emiliano Martínez, Giovani Lo Celso, Cristian Romero y Emiliano Buendía – no cumplieron con las reglas de cuarentena impuestas por el país. Según las reglas brasileñas, los viajeros procedentes del Reino Unido, Sudáfrica e India deben cumplir una cuarentena de 14 días debido a las variantes del coronavirus presentes en esos países.
Los jugadores argentinos fueron acusados de no cumplir con estas reglas y, por lo tanto, las autoridades brasileñas decidieron interrumpir el juego y sacarlos del campo. La situación generó mucha confusión y discusión entre los jugadores, miembros de los equipos técnicos e incluso los aficionados presentes en el estadio.
Después de la intervención de las autoridades, los jugadores argentinos fueron escoltados fuera del campo y llevados a una comisaría para dar explicaciones. Aún no está claro cuáles serán las consecuencias para los jugadores y para el partido en sí.
El partido entre Brasil y Argentina era muy esperado por los aficionados al fútbol, ya que se trataba de un clásico sudamericano. Lamentablemente, el juego estuvo marcado por este incidente lamentable, que seguramente tendrá repercusiones en el mundo del fútbol.
Las autoridades brasileñas y argentinas están trabajando para esclarecer lo sucedido y tomar las medidas necesarias para evitar que situaciones similares ocurran en el futuro. Mientras tanto, los aficionados al fútbol esperan ansiosamente más información sobre el desenlace de este polémico partido.