La dramática caída de Sergio Pérez en Red Bull ha dejado a muchos preguntándose: ¿estaba condenado desde el principio, o las altas expectativas de Red Bull lo llevaron al fracaso? A medida que su tiempo con el equipo llega a su fin, persisten las preguntas sobre la toma de decisiones de Red Bull y su incapacidad para encontrar un verdadero compañero de equipo para Verstappen.
El viaje de Pérez en Red Bull: una solución nacida de la desesperación
Cuando Sergio Pérez se unió a Red Bull en 2021, fue una coincidencia de necesidad. El canal de talentos de Red Bull había fallado, dejando al equipo buscando un piloto capaz y experimentado para apoyar a Max Verstappen. Pérez, recién despedido de Racing Point en favor de un Sebastian Vettel en declive, recibió una oportunidad.
Para Red Bull, Pérez cumplía con todos los requisitos: era mentalmente resistente, tenía una sólida reputación en el medio del pelotón, aportaba valor comercial y—crucialmente—no causaría problemas junto a Verstappen. Nunca se pensó que fuera el próximo Vettel o Verstappen; simplemente era una solución temporal, aunque talentosa.
Un comienzo prometedor, pero las fisuras aparecieron rápidamente
Los primeros días de Pérez en Red Bull tuvieron destellos de brillantez, pero fueron empañados por la inconsistencia. El coche de 2021, construido completamente alrededor del estilo de conducción único de Verstappen, fue implacable para cualquier otro. Sin embargo, Pérez aún jugó un papel fundamental en la victoria del título inaugural de Verstappen, a menudo sacrificando su propia carrera por el bien mayor del equipo.
Las temporadas de 2022 y 2023 trajeron a Red Bull una dominancia sin precedentes bajo nuevas regulaciones. Mientras Verstappen alcanzaba nuevas alturas, Pérez era un delegado capaz, asegurando puntos y victorias para sellar campeonatos de Constructores consecutivos. Sin embargo, surgieron patrones preocupantes:
- En mediados de 2022, el rendimiento de Pérez cayó drásticamente, con solo dos podios en ocho carreras, lo que le hizo caer de 21 puntos detrás de Verstappen a más de 100 puntos de desventaja.
- La temporada de 2023, a pesar de la abrumadora dominancia de Red Bull, vio a Pérez conseguir solo cuatro podios en 15 carreras, un desempeño notablemente deficiente en un coche capaz de arrasar en la parrilla.
2024: El Año en que Todo se Desmoronó
Cuando la dominancia de Red Bull disminuyó en 2024, las deficiencias de Pérez se volvieron imposibles de ignorar. Mientras Verstappen llevaba al equipo a un cuarto Campeonato de Pilotos consecutivo, Pérez se desmoronó bajo presión.
Sus 152 puntos en la temporada, en comparación con los 437 de Verstappen, no solo fueron decepcionantes, sino que fueron catastróficos. Una caída a mitad de temporada se convirtió en un colapso total, sin ningún rebote a la vista. La decisión de Red Bull de otorgar a Pérez una extensión de contrato hasta 2026—a pesar de los primeros signos de declive—ahora parece un error colossal.
¿Quién es el culpable? ¿Pérez o Red Bull?
Las luchas de Pérez son innegables, pero la pregunta más grande es si Red Bull tiene responsabilidad por esperar demasiado de un piloto que nunca estuvo destinado a cargar con tal peso. Marc Priestley, un exjefe de mecánicos de McLaren, ve la mala gestión de Red Bull como un factor clave:
“Pérez fue una solución a un problema específico en un momento específico. Red Bull pensó que podían extender esa solución más de lo que era realista.”
Pérez cumplió con las expectativas de Red Bull al principio. Se convirtió en un múltiple ganador de carreras y jugó un papel vital en las campañas por el campeonato de Verstappen. Pero a medida que las necesidades de Red Bull evolucionaron, Pérez se mantuvo estático, exponiendo una desajuste evidente entre las ambiciones del equipo y la capacidad del piloto.
La soberbia de Red Bull vuelve a cobrar factura
El manejo de Red Bull sobre la tenure de Perez revela un problema más profundo: su incapacidad para resolver el “dilema del segundo piloto”. En un equipo construido completamente alrededor de Verstappen, encontrar un compañero de equipo competitivo pero compliant ha resultado casi imposible.
La decisión de retener a Perez hasta 2024 era defendible dada su contribución previa. Sin embargo, extender su contrato hasta 2026 fue una apuesta audaz que fracasó espectacularmente. Al insistir en un piloto cuya forma ya estaba disminuyendo, Red Bull efectivamente retrasó abordar una debilidad crítica en su alineación.
El Futuro: ¿Es Lawson la Respuesta?
Con Perez fuera, Liam Lawson ocupa el vacío—pero, ¿es él la solución que Red Bull necesita, o solo un parche más? Priestley sigue siendo escéptico:
“Lawson no ha mostrado la misma chispa que Verstappen o Vettel cuando se unieron. El segundo asiento de Red Bull sigue siendo una espada de doble filo.”
Aunque Lawson ha impresionado en sus limitadas apariciones, ahora enfrenta la tarea ingrata de rendir bajo la inmensa presión de ser el compañero de equipo de Verstappen—un rol que ha terminado más carreras de las que ha lanzado.
Conclusión: Un Problema Aún No Resuelto
La etapa de Sergio Pérez en Red Bull fue un riesgo calculado que funcionó hasta que dejó de hacerlo. Su declive en 2024 era inevitable, pero el verdadero fracaso radica en la incapacidad de Red Bull para adaptarse. Al sobreestimar la longevidad de Pérez, el equipo retrasó abordar una debilidad estructural que podría atormentarlos a medida que la competencia se intensifique en 2025 y más allá.
Para Pérez, el capítulo en Red Bull ha terminado, pero su legado como un contribuyente vital al éxito del equipo permanece. Para Red Bull, la búsqueda de un compañero de equipo verdaderamente compatible para Verstappen continúa—una búsqueda que, si la historia es alguna indicación, será todo menos sencilla.